Ahora que la Gobernación y las alcaldías de los cuarenta municipios de Norte de Santander cuentan con sus planes de desarrollo aprobados, es indispensable poner manos a la obra para el cumplimiento de las estrategias  trazadas.

Con la hoja de ruta definida solo queda entonces empezar a la estructuración y puesta en marcha de lo acordado para que el departamento logre en este cuatrienio un empuje hacia la superación de problemas estructurales.

A cada uno de los miembros del gabinete le llegó la hora de empezar a convertir en realidad lo consignado en los distintos ejes y pilares de los planes de desarrollo, con la definición de los proyectos, la asignación y definición de las inversiones y la preparación de las gestiones para que el proceso se active.

 Para el caso de la administración departamental, su plan denominado ‘Norte, territorio de paz’ consigna cerca de 920 metas y requiere la inversión de 8.5 billones de pesos.

‘Cúcuta Perseverante, Segura y Productiva’,  por más de seis billones de pesos, es la apuesta de la administración municipal para el periodo 2024-2027, con diversos componentes.

En ambos se coincide que la inseguridad es el mal a derrotar porque transversalmente afecta todos los componentes socioeconómicos y ocasiona incertidumbre en el mundo de los negocios y las inversiones.

Que la ciudadanía observe que los gobiernos regionales y locales tengan el compromiso real de desactivar los componentes generadores de la violencia mediante una política pública, es un paso en la dirección correcta para la recuperación de la credibilidad ciudadana en sus instituciones, algo muy importante en esta clase de acciones contra el crimen organizado.

En este aspecto es necesario que en la construcción de esas políticas se tenga un radio de acción amplio llevándola a ser de carácter metropolitano y binacional, en el entendido que hay diversidad de factores que han facilitado el fortalecimiento de las bandas criminales, tanto por la localización fronteriza, como por el microtráfico y la misma influencia de las economías ilegales que se manejan en la región.

Es decir, muy bien las inversiones que se hagan en tecnología, Inteligencia Artificial y drones, pero los componentes estructurales del combate contra la delincuencia el multricrimen es necesario tenerlo presente, puesto que la inseguridad y la violencia de hoy, en la región, es distinta a la de otras épocas.

Entre tanto, los demás aspectos de los planes de desarrollo como la infraestructura vial, los programas para generación de empleo, la política local de vivienda, la educación y las obras de envergadura en diferentes frentes, tienen que impulsarse para que el departamento, la ciudad y la región tengan mejores condiciones para sus habitantes.

El trabajo debe ser sin descanso porque las expectativas son muchas en una población que espera que en este cuatrienio Norte de Santander y Cúcuta logren ingresar a un sendero de prosperidad y de paz para  facilitar que la actividad agropecuaria se fortalezca dando el salto hacia la agroindustria, mientras que se impulsa la vigorización del tejido empresarial al tiempo que se lucha contra la pobreza, la desigualdad, la informalidad y las brechas de género, por ejemplo.

La ciudadanía, por su parte, también tiene un papel central a jugar en su calidad de veedora para que los diferentes componentes de los planes de desarrollo se cumplan y no se queden ahí como meros enunciados o letra muerta.

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