En 2021, el Producto Interno Bruto de Norte de Santander creció en 10,8%  y en 2022 marcó 7,0%. Lastimosamente esos dos datos parecen haberse quedado congelados en el tiempo para engrosar a la historia, puesto que el año pasado a la economía local no le fue muy bien.

Apenas el PIB de la región presentó un leve aumento del 1%, según el informe dado a conocer por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

 Una caída de seis puntos demuestra que debemos someter a un proceso para darle, de nuevo, un estartazo para que levante cabeza y de esa manera ayude a dinamizar el empleo, la generación de riqueza y motive la inversión en el departamento.

Es urgente la reactivación de la economía puesto que por ejemplo es muy delicada la caída de la industria manufacturera nortesantandereana que se contrajo en el 4,5%, el año pasado.

Igualmente, la industria de la construcción de vivienda que de acuerdo con la estadística del DANE se redujo en el 1,5%.

Dichas cifras marcan lógicamente el camino de espinas que hoy por hoy siguen afrontando esos renglones de la actividad económica local, marcado, entre  otras cosas, por los efectos de la inseguridad que golpea a la región y les ha pasado factura con bajas ventas y lentos movimientos que hacen temer por un 2024 con resultados igualmente desalentadores.

En medio de este oscuro panorama, para la frontera se podría abrir una opción con la reciente aprobación en el Congreso de la República del tratado de protección de inversiones con Venezuela que vigorice las relaciones empresariales y comerciales entre ambos países.

“Nuestra relación socioeconómica con Venezuela ha sido histórica y este acuerdo busca que las inversiones que lleguen a ambos países respeten los estándares laborales y las normas medioambientales, priorizando estos dos factores”, destacó el entonces ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña.

Teniendo en cuenta ese aspecto, cobran mayor importancia los proyectos del centro de convenciones y el centro de eventos, exposiciones e innovación, para crear una nueva opción a la economía de los puntos de vista de las ferias especializadas y los grandes encuentros empresariales, entre otros.

Y para ganar en competitividad, que es tan esencial para darle fuerza al Producto Interno Bruto, hay un elemento sobre el cual siempre se ha venido insistiendo, como es la modernización de la carretera Cúcuta-Ocaña que hace  parte de la vía a la costa Caribe, al igual que no dejar en el olvido la carretera Pamplona-Bucaramanga.

Aunque son datos del año pasado, la realidad que estamos enfrentando muestra que esas condiciones de estancamiento no se han podido superar en el departamento donde por ejemplo el desempleo continúa en aumento, superando incluso la media nacional.

Esperemos que al ser aprobados los planes de desarrollo departamental y municipal se pueden empezar a sentir las primeras acciones que ayuden a darle una nueva oportunidad a los sectores económicos, aunque podría hacerse algo más, como es dar algunos beneficios tributarios para la inversión productiva que es urgente impulsar, sin demora alguna.

La reanimación del PIB es urgente y el Gobierno Nacional también debe darle un apoyo a la región con acciones e inversiones concretas.