Una refrescante bocanada, en medio de tanta incertidumbre y zozobra en el sistema de salud del país, acaba de recibir Norte de Santander con el informe gubernamental sobre el estado de la red hospitalaria, al reportar que, en la mayoría, las finanzas se encuentran bien, incluyendo el Erasmo Meoz de Cúcuta.

Lo anunciado por el Ministerio de Salud en la categorización del riesgo de las Empresas Sociales del Estado para el presente año, descarta y aleja el fantasma de probables intervenciones o de la aplicación de rigurosos planes de saneamiento financiero.

En la resolución expedida el pasado 30 de mayo, el hospital cucuteño aparece sin riesgo en la evaluación hecha por la entidad, lo cual también despeja de nubarrones el futuro del centro asistencial y le permitirá adelantar más fácilmente las gestiones para recuperar la cartera que le adeudan.

Dicha calificación se basa en la evaluación presupuestal y financiera correspondiente al 2023, cuando la gerencia estaba a cargo de Tonino Botta, en el último año de la administración del entonces gobernador Silvano Serrano.

Al encontrarse con ese semáforo en verde, es fundamental que el gerente Hernando Mora y su equipo, en compañía del gobernador William Villamizar, le planteen al Gobierno Nacional que para seguir alejados del peligro de caer en luz roja es urgente el giro de los $88.000 millones que le adeudan al hospital por la atención a los migrantes.

Dicho dinero es indispensable para continuar adelante en las actividades médico-asistenciales sin traumatismos y empezar a normalizar la pesada cartera.

Esperemos que el Ministerio de Hacienda y la Superintendencia de Salud valoren la decisión de la actual administración del Erasmo Meoz, de autoajustarse el cinturón para evitar el exceso de gastos, y en contraprestación decidan ponerse al día en el pago de esa abultada acreencia, previniendo así la ocurrencia de futuras dificultades que lleguen a poner en riesgo la atención a miles de pacientes en esta zona de frontera.

El Gobierno Nacional, teniendo presente el informe de riesgo cero, debería en este momento extenderle la mano al Erasmo Meoz para que pueda ponerse al día con los pagos a  proveedores y por otros servicios, que  ascienden a 128.000 millones de pesos.

Esta deuda requiere, igualmente, un tratamiento urgente para que no vaya a convertirse en un factor que empiece a deteriorar la calificación financiera y en eso es vital la actuación del Gobierno Nacional con los giros de las partidas pendientes, aparte de tener el Erasmo Meoz $250.000 millones pendientes que le paguen por concepto de las EPS liquidadas.

Lo otro destacable en la categorización, es que hospitales como el Emiro Quintero Cañizares de Ocaña y el San Juan de Dios de Pamplona, que en el pasado sufrieron complicaciones, también se encuentran sin riesgo, lo cual es muy importante para los usuarios.

En esta especie de ‘oasis’ en medio de tanta incertidumbre del sistema de salud, es resaltable el hecho de que otras ESE de Norte de Santander como Imsalud, Los Patios, La Playa y  Suroriental,  también se encuentran sin riesgo financiero.

En medio de esta refrescante situación que le pone distancia a probables intervenciones del sistema hospitalario, los Ministerios de Salud y de Hacienda deberían tener presente las cuentas pendientes de pago por parte de las EPS a centros asistenciales como el de Ocaña, que ascienden a $135.000 millones,  o el de Pamplona por $23.000 millones.

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