A pesar de no tener aún el permiso por otorgado por la Alcaldía de Cúcuta, para laborar en el espacio público, vendedores estacionarios e informales volvieron a tomarse el parque Santander, la avenida quinta y la avenida sexta para comercializar sus productos.
Según mencionan varios de ellos, la crisis que han tenido que soportar por cerca de seis meses los ha dejado con múltiples deudas y las ayudas que el gobierno local les ha dado, han venido escaseando.
Además, dicen que una posible reubicación no es conveniente, dado que muchos de ellos llevan más de dos décadas laborando en esta zona y sus principales ventas se desarrollan allí.
Por su parte, Ricardo Jaimes, presidente del sindicato de Vendedores informales de Cúcuta (Asovicut) mencionó que en el momento en la capital nortesantandereana varios sindicatos que reúnen a los vendedores informales de la ciudad, han estado involucrados en mesas de trabajo que se llevan a cabo con la alcaldía desde hace varias semanas.
Estas mesas se adelantaron con el fin de que los vendedores puedan retornar a sus labores. En el momento, según precisa Jaimes, están en proceso de organización de los sitios de trabajo para que se cumpla de manera biosegura, respetando todos los protocolos de bioseguridad y el distanciamiento social.
A pesar de esto, señaló que la situación no ha sido nada fácil y para muchos vendedores se ha complicado, en especial a los que están ubicados en el sector de parque Santander, en donde existen alrededor 170 vendedores informales que han resultado afectados con el cierre del parque.
Es por esto que los comerciantes informales solicitaron que el alcalde Jairo Yáñez se pronuncie frente a esta situación y que les permita laborar sin ningún tipo de persecución, pues precisan que están en su derecho a trabajar en este sector.