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Ocaña
Familia ocañera espera la pronta liberación de Evangelista Bohórquez
Solicitan pruebas de supervivencia.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Jueves, 31 de Marzo de 2022


Mientras se adelanta la liberación masiva de secuestrados en la zona del Catatumbo, nada se sabe sobre la suerte del avicultor Evangelista Bohórquez Contreras.


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Después de dos años de cautiverio los familiares guardan las esperanzas de su retorno al seno del hogar. Cuando se anunció que cinco personas regresaban a casa, pensaban que entre ellos estaba el adulto mayor debido a los quebrantos de salud, por eso claman la entrega de pruebas de supervivencia, el suministro de los medicamentos, que no sea sometido a grandes caminatas y su pronta liberación.
 

El avicultor ha estado en cautiverio durante toda la pandemia.
 
El secuestro 

Hace dos años cuando apenas comenzaba el confinamiento por la pandemia, Evangelista Bohórquez Contreras, salió junto con su hijo y la compañera sentimental de su finca ubicada en la zona limítrofe entre Ocaña y Río de Oro, en el sur del departamento del Cesar, para aprovisionar de insumos la avícola y la alimentación del hogar durante la cuarentena anunciada por el Gobierno Nacional. Ese fue el inicio de una pesadilla sin fin.

Justo a las 6:17 p.m. del 19 de marzo de 2020, cuando regresaban a los galpones con las compras, fueron abordados por hombres armados quienes apuntaban con armas cortas y lo llevaron hacia la zona montañosa del Catatumbo.


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La mujer, Mary Bohórquez Zapata, recuerda que los encapuchados, todos vestidos de negro, ordenaron el descenso de la camioneta y los obligaron a montarse en un carro rojo de placas venezolanas.

“Preguntaron si era Evangelista e inmediatamente le pusieron unas esposas, salieron de la finca ubicada en el sector de La Carbonera, sur del departamento del Cesar.  Eran de gran estatura y no cabíamos en la doble cabina, cerraron las ventanas y emprendimos rumbo al corregimiento de Aguas Claras, de Ocaña”, precisa la señora.
 

El flagelo del secuestro está latente en la zona del Catatumbo.
 
La dolorosa separación 

Mary asegura que el viaje fue tremendo. “Estoy completamente segura que nos echaron para San Calixto, llegamos a un paraje solitario a la 1:00 a.m., estacionaron el vehículo y se lo llevaron unos 20 metros dizque para dialogar. La decisión era que se quedaban con ellos y teníamos que retornar solos”.
 
“Lo abracé, me aferré a él, les dije que no iba a regresar sin ‘Juancho’, me dijo que debía volver para el cuidado de los animalitos de la finca. Que no demoraba, únicamente iba a aclarar unos asuntos y pronto estaríamos juntos”.

Dice además, que lloró amargamente y los hombres vestidos de negro ‘desde el cabello hasta la punta de los pies’, sacaron un Jeep Montero y lo internaron a la montaña.


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“En ese instante, no volví a ver el brillo de la vida en las pupilas de mi esposo hasta el 18 de julio de 2020, cuando recibimos las primeras y únicas pruebas de supervivencia, unas fotos y un audio, lo vi muy desmejorado y hacía un angustioso llamado para que vendiéramos la finca y lo sacáramos de allá lo antes posible”.
 

Familiares solicitan a los secuestradores que se pongan la mano en el corazón.
 
Se perdió el rastro 

Los familiares dicen que no puede ser sometido a largas caminatas, pues con solo ir a echar el agua para los galpones, Evangelista se agita.

Hasta el momento no se ha pagado rescate alguno, ya que las exigencias son muy altas, inicialmente solicitaban $30.000 millones y fueron bajando de 5 en 5 hasta llegar a 1.000 millones, pero en agosto del año 2020 se perdió todo contacto con los secuestradores. 

Se sospecha un presunto deceso en cautiverio y los familiares indican que en los últimos meses sólo se reciben llamadas extorsivas para exigir $250 millones y señalar el sitio exacto donde está el cadáver, pero no se tiene certeza.

“No existen pruebas contundentes, aún lo estamos esperando, es una luz al final del túnel de la incertidumbre”, confiesa su hija Johana Bohórquez.


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“Nos hace mucha falta, todos los días lo esperamos, los secuestradores han destruido nuestro hogar y quiero que se pongan la mano en el corazón”, reiteró.
 

Los familiares pierden el rastro del avicultor secuestrado hace dos años.
 
Han movido cielo y tierra 

Los intentos para la liberación han sido infructuosos y la Defensoría Regional del Pueblo ha adelantado el acompañamiento y no ha podido establecer contacto con los secuestradores para la liberación por razones humanitarias. 

La titular de esa dependencia, Deisy Mabel Díaz Torrado, manifiesta que han estado pendientes, pero es un verdadero misterio su paradero.

“Se han habilitado todos los canales humanitarios para facilitar el regreso de los secuestrados, sin embargo, en este caso no hemos logrado determinar el grupo que lo mantiene en su poder”, agregó.

Reprocha esos actos violatorios de la libertad del hombre y asegura que esa dependencia vela por la defensa de los derechos fundamentales.

La hija Johana Bohórquez, manifiesta que es triste saber que su padre sufre lejos de casa un calvario sin merecerlo.

“Mi papá es un hombre bueno, honesto y trabajador. No es justo que lo mantengan tanto tiempo privado de la libertad”.


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“El secuestro es como el COVID, solo se compadece el que lo sufre en carne propia. Los familiares estamos presos de la angustia y la incertidumbre, ¿Cómo estará él con su avanzada edad?, se pregunta.


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