En su última entrevista en vida con el diario La Opinión, habló acerca de una experiencia significativa que tuvo debido a los quebrantos de salud que venía presentando
¿Cómo ha cambiado su perspectiva sobre la vida y el humor después de ‘conocer el cielo y el infierno’?
El vuelco fue de 180 grados, conocer un inframundo tan horrible como el infierno y ver todo el sufrimiento, la angustia, el llanto que hay allá, es un sitio donde no quiero ir y después de haber sido sacada por ángeles y llevada a un sitio maravilloso lleno de paz y de luz al que podemos llamar cielo, lógicamente, hoy mi vida mide cada uno de mis actos para no equivocarme, para no lastimar a nadie, para no llenarme de rabia ni de rencor ni de ningún sentimiento que pueda arrugar mi corazón ni mi alma.
Ahora, trabajo para ganarme mi espacio en mi parcela del cielo, este episodio cambió mi vida. Hoy día veo todo tan hermoso, lo más elemental, lo que para cualquier persona pudiera resultar lo más pobre de este mundo, para mí es lo más divino, comerme un arroz con un huevo frito resulta divino, si no hay carne, no importa, ya hay muchas cosas que no importan y Dios me pone a prueba cada día de mi vida. Yo me devolví con una misión y me la dijeron muy clara, oración, adoración, proteger y servir. Ahora vivo para eso, sigo haciendo humor, sigo acercándome a la gente y sigo sirviendo a quien pueda ayudar, fundaciones, abuelos, familia. Todo ahora lo veo tan lindo.
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