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Editorial
Esforzarse paga
Este es un buen momento para sacar pecho ante el mundo, y para prometer que no se ahorrará ningún esfuerzo en la tarea de irrigar el conocimiento por todos los rincones.
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Martes, 14 de Mayo de 2019

Que un colegio público se convierta, no de la noche a la mañana, sino como producto del esfuerzo común, en un ejemplo mundial, es una situación nada común en una ciudad como Cúcuta, inmersa, desde sus comienzos sociales, en el miasma de la mediocridad y de la ilegalidad como normas diarias de conducta.

Por esto se hacen tan valiosos los logros de personas como todas las que están involucradas en los programas del Instituto Tecnológico Mercedes Ábrego, que hoy, dejando atrás muchos mitos y limitantes, tiene a sus estudiantes junto a los mejores del planeta. 

Mitos como los de que ser europeo significa tener ventajas insuperables por los demás habitantes del mundo, o que los países más avanzados han sido y serán siempre ejemplares en materia educativa, o limitantes como el de que sin recursos no es posible obtener logros importantes, están hoy desvirtuados de manera radical por estudiantes, maestros y directivos del Mercedes Ábrego.

Los resultados obtenidos en las pruebas Pisa (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) permiten a los estudiantes del Ábrego demostrar que la sola decisión de ser los mejores es un impulso suficiente para comenzar a lograrlo.

Alcanzar metas insospechadas en ciencias, matemáticas y lectura, materias en las que se probaron junto a estudiantes de otros 72 países del mundo, es señal inequívoca de que los estudiantes del instituto están obteniendo muchos beneficios de los cambios pedagógicos que aplican los maestros, cambios que nunca se habían intentado.

Las pruebas Pisa no miden conocimientos en lo relacionado con asignaturas de las llamadas Humanidades, pero, por ahora, demostrar que se puede avanzar en lo científico y en lo técnico es un resultado positivo.

Al parecer, la clave del cambio está en la lectura, una de las asignaturas que menos atención reciben de los maestros, que, incluso, en algunos casos es utilizada como castigo para los indisciplinados, lo que la convierte en algo odioso.

Ahora, desde los primeros días en la escuela, los muchachos del Ábrego son vinculados a un programa de lectura crítica, que les lleva a no tragar entero nada de lo que encuentran en los libros y en los textos. Cuestionarlo todo, parece ser la fórmula secreta para avanzar en la aprehensión de conocimiento.

Este método contradice dictados de comportamiento muy arraigados, como el de que la palabra del maestro es prácticamente incontrovertible o el de que si por alguna razón alguien pregunta, es porque no ha puesto atención en explicaciones previas. Y por no cuestionar, por callar preguntas que podrían despejar dudas, los errores en el conocimiento van pasando de año en año, de cerebro en cerebro.

Ojalá, directivos y maestros del Ábrego difundan su método por todo el país. Ya lo validaron con las pruebas Pisa, y demostraron que es efectivo, que sí lleva a los muchachos a equipararse, en igualdad de condiciones, con otros del mundo, y que con decisión y un poco de esfuerzo, necesario para cambiar lo tradicional, todos los sueños son posibles.

Este es un buen momento para sacar pecho ante el mundo, y para prometer que no se ahorrará ningún esfuerzo en la tarea de irrigar el conocimiento por todos los rincones. Es una obligación de todos.

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