Vecinos y transeúntes de la avenida Los Libertadores observan con preocupación cómo día a día la proliferación de ‘cambuches’ a las orillas del Río Pamplonita crece de manera descontrolada, y con ello la percepción de inseguridad a lo largo de este afluente que bordea la ciudad y que pasa por uno de sus principales atractivos turísticos: la zona de El Malecón.
Y es que a la par del crecimiento desbordado de estas estructuras lo hacen sus ocupantes, habitantes de calle, muchos de ellos migrantes venezolanos.
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Autoridades municipales estiman que en el lugar pueden haber unos 100 ‘cambuches’ –según el último registro- calculando que por cada uno hayan entre tres y cuatro personas, entonces se estaría hablando de entre 300 y 400 personas que deambulan constantemente por los barrios vecinos, reciclando o pidiendo dinero, algunos, y otros delinquiendo.
Eduardo Quintero, miembro de Corpomalecon y presidente de Asobares, tiene más de 25 años en la zona, no solo como comerciante sino como residente, aseguró que el deterioro del ambiente en este sector dela ciudad viene desde hace aproximadamente seis años, cuando desalojaron un grupo de personas que vivía debajo del puente San Luis, y estas buscaron reubicarse en áreas no muy alejados de donde habitualmente estaban.
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¿La razón? Quintero considera que todo tiene que ver con el negocio del microtráfico, “pues no hay otra explicación para una vez desalojados, no pasen ni 24 horas y vuelven a estar instalados en sus carpas y a veces hasta en mejores condiciones y con materiales más firmes. Eso son ollas”, dice.
Lamenta que las autoridades municipales no hayan podido hacer nada para recuperar el orden en el lugar, sobre todo cuando esta es una de las banderas del alcalde Jorge Acevedo y su política de seguridad, situación que genera un impacto negativo, tanto a los vecinos, de Los Caobos, La Riviera y Colsag, y a los comercios, que en la Semana Santa registraron pérdidas, ante la baja afluencia de visitantes a los establecimientos del Malecón.
“Muchos comerciantes se quedaron con el inventario adquirido para la época y con el personal extra contratado, porque nadie fue”, sostuvo Quintero.
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Un CAI lo cambiaría todo
Para el representante de Asobares, la presencia de un Centro de Atención Inmediata –CAI- de la Policía lo cambiaría todo y es lo que como comunidad vienen pidiendo desde hace por lo menos cuatro años.
“En ese entonces, durante la gestión de Jairo Yáñez, pasamos la solicitud formal, con todos los requerimientos que nos pedían, y se nos aceptó la petición, pero luego hubo un cambio de mando en la comandancia de la Policía Metropolitana y por alguna razón se llevaron el CAI a otro lugar de la ciudad”, contó Quintero. Explica que solo la zona del Malecón tiene una extensión de 3.5 kilómetros, de ahí la dificultad de mantener un control de seguridad, “los CAI son fundamentales para controlar la situación y erradicar esos focos que generan inseguridad”, sostuvo.
Como vecino y comerciante de este sector, Eduardo Quintero espera una intervención oportuna y diligente de las autoridades municipales, especialmente luego de que en la última administración se empeoraran las cosas para El Malecón, cuando fue declarada zona de alta complejidad.
La Opinión conoció que la Alcaldía tiene listo un plan de erradicación de los cambuches y que es cuestión de unos cuantos días ponerlo en marcha para devolver la tranquilidad a los vecinos de El Malecón.
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