Los pasillos y unidades de atención del Hospital Universitario Erasmo Meoz (Huem) parecen los de un hospital de guerra. Por doquier se escuchan lamentos, expresiones de dolor y de angustia. Llanto de bebés, mujeres haciendo cola para dar a luz, heridos apostados en sillas a la espera de ser vistos por el médico de turno.
También, en las afueras del centro asistencial, las colas marcan el último aliento de decenas de pacientes provenientes de Venezuela, los cuales se confunden con otras tantas de enfermos colombianos, cuyas EPS cerraron sus puertas y no tienen a dónde más acudir en busca de atención y de medicamentos.
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En estas condiciones ha venido operando el principal hospital de la región, que ayer tenía doblada la capacidad instalada en todas sus unidades. Como si fuera poco, en el último mes enfrenta una epidemia de infecciones respiratorias agudas en la población infantil de la ciudad.
(En sillas de ruedas deben aguardar las mujeres que van a dar a luz al hospital.)
Llegan niños de todas partes en brazos de sus mamás. Este miércoles, Gregoria Eugenia Martínez, jefe administrativa de pediatría, afirmó que la situación es crítica pero no se ha dejado de brindar atención a ningún paciente. Dijo que hay tres niños graves entubados por problemas respiratorios.
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Ayer había hospitalizados 40 niños, entre venezolanos y colombianos, de ellos, casi la mitad con infecciones respiratorias agudas. Lo grave es que solo hay 18 camas, dijo Martínez.
En la sala de partos, la tensión aumenta. Allí, unas 40 mujeres, más de la mitad venezolanas, aguardaban para dar a luz en sillas y camillas.
“Nuestra capacidad instalada está desbordada desde hace rato, el servicio de urgencia de adultos tiene 75 camillas, pero hay días en que llegan entre 150 y 200 pacientes”, indicó el gerente del Hospital, Juan Agustín Ramírez.
Una cifra importante destacó el gerente del HEM, y es que de cada 10 mujeres que atienden para dar a luz, siete son venezolanas. “Allí se muestra la gravedad de la situación del hermano país y lo grave de estas señoras es que vienen sin control prenatal”.
(Los acompañantes de los pacientes permanecen sentados en el suelo porque las sillas están ocupadas por sus familiares enfermos.)
Por esta situación -dijo el directivo- el hospital ha tenido que aumentar el número de contratos para enfermeras debido a que el servicio de urgencias es caótico, ya que que en los últimos meses se sumó a la población que habitualmente acude al hospital los pacientes que atendía la Eps Saludvida, liquidada por la Superintendencia Nacional de Salud.
“Nos toca atenderlos y lo vamos a seguir haciendo, porque no los podemos rechazar, pero una cosa sí pedimos, no nos pidan comodidad porque el hospital está doblado en capacidad”, dijo Martínez.
De la región, el Erasmo Meoz es el más afectado en los últimos cuatro años por la crisis migratoria. Desde el cierre de la frontera en el 2015, se han atendido más de 33 mil migrantes y en los últimos dos años el crecimiento considerable de embarazadas provenientes de Venezuela, ha desbordado la capacidad del hospital.
En el presente año, hasta septiembre, se llevaban atendidos 16.834 venezolanos, incluidas las mujeres embarazadas.
Al hospital, según se informó este miércoles, el Gobierno Nacional le adeuda por esta atención un total de 71.349 millones de pesos, de los cuales solo ha recibido 10.000 millones de pesos.