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Equivocación presidencial
La frustración de estos jóvenes era evidente, considerando las veces anteriores en las que el presidente los había dejado plantados.
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Martes, 21 de Mayo de 2024

En el encuentro del subsistema de participación juvenil que se realizó en Bogotá, la fuerza de 500 jóvenes de diversas comunidades étnicas y regiones desafiaron al presidente Petro, a la vicepresidenta y a todo su equipo de gobierno.

Lo que comenzó como un espacio para el diálogo se convirtió en un pliego de cargos y reclamos contundentes por acciones concretas y responsabilidad gubernamental.

El presidente se equivocó al esperar un ambiente complaciente; se encontró con un auditorio diverso y comprometido, ansioso por ver resultados tangibles y dispuesto a hacerse escuchar. Fue sorprendente que haya subestimado a estos jóvenes que fueron elegidos en las urnas y provienen de importantes procesos participativos en sus regiones. No esperaban simplemente escuchar un discurso y aplaudir. Los jóvenes de hoy son activos y críticos, no se conforman con pronunciamientos vacíos y exigen ser escuchados. Para ellos, tener al presidente o a sus ministros cerca no resulta suficiente; buscan proyectos que se traduzcan en mejoras reales para sus comunidades.

La frustración de estos jóvenes era evidente, considerando las veces anteriores en las que el presidente los había dejado plantados. Además, los había criticado en el pasado, deslegitimando su participación política y encasillándolos en la política tradicional.

Es inadmisible que el presidente desestime la participación política solo porque algunos estén afiliados a partidos políticos, lo cual constituye un desprecio a la democracia. Es cierto que la participación en esta contienda fue baja, pero no se puede atribuir la culpa a los jóvenes. Este ejercicio era nuevo y Petro, en lugar de criticarlo, debería estar respaldando e incentivando la intervención de los jóvenes en las decisiones de su país. Debería haberse sentido emocionado por la valentía de los jóvenes al expresar sus preocupaciones con determinación, mostrando un interés genuino por su país en lugar de verlos consumiendo drogas y participando en actividades ilícitas, desperdiciando así su juventud.

Más grave aún fue la actitud de la vicepresidenta Márquez, quien se ha victimizado en ocasiones anteriores al considerarse incomprendida. Miró con un profundo desprecio a todos los que reclamaban. En lugar de amenazar y decir que se salieron de sus afectos por expresar lo que piensan, debería haber bajado la cabeza y pedido perdón por la falta de ejecución de su ministerio, que no ha hecho nada por ellos. ¡Qué arrogancia! ¿Acaso no tienen derechode expresarse libremente? ¿La garantía de sus derechos solo es conveniente cuando se trata de defender su radicalismo extremo

El presidente alienta a los jóvenes a ser rebeldes todos los días, pero cuando expresans us opiniones de manera respetuosa y en representación de muchos de ellos, los estigmatizan y amenazan.

¿Será que para el presidente solo valen aquellos rebeldes que empuñan las armas, como lo hizo él, o como la primera línea que comete crímenes? ¿Esa es la rebeldía que busca?

Mientras el gobierno y sus bodegas atacaban a estos jóvenes juiciosos y estudiosos, especialmente a William Molina, el ministro de justicia informaba al país que están trabajando con la nueva fiscal, Luz Adriana Camargo y que muy pronto ella va a declarar que la protesta no es terrorismo ni concierto para delinquir, y que todos los de la primera línea que están en la cárcel van a salir. Surge la pregunta: ¿ahora la fiscalía es una oficina de palacio para que el ministro tenga la osadía de dictar lo que va a hacer la misma?

Nuevamente, el gobierno muestra desprecio por los jóvenes juiciosos y se da la batalla por aquellos que cometieron crímenes.

Afortunadamente, existen jóvenes como William Molina, valientes, que no se dejan amedrentar ni por el presidente ni por sus bodegas pagadas con nuestros impuestos. ¡Así se hace, queridos jóvenes, los principios ante todo!

Las ironías de la vida. Este gobierno tampoco resultó ser el de los jóvenes, a pesar de que fueron ellos quienes lo llevaron a la presidencia.

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