Unos veinte niños murieron calcinados en el incendio de varias cabañas de una escuela en Niamey, anunció el martes por la noche el comandante de bomberos de Níger a la televisión pública.
"21 cabañas se incendiaron. Unos veinte niños quedaron atrapados en el fuego", dijo el comandante Sidi Mohamed.
"Los servicios de rescate llegaron rápido y el fuego fue apagado finalmente (...) pero el poder de las llamas era enorme, lo que facilitó el incendio general de los salones de clase y los niños no pudieron salir", dijo.
Se desconoce el origen del incendio.
El primer ministro nigerino Ouhoumoudou Mahamadou llegó al lugar de la periferia de la capital y presentó sus condolencias a los familiares.
En Níger, uno de los países más pobres del mundo, para remediar la falta de escuelas, las autoridades construyen miles de cabañas de paja donde los niños asisten a clase, sentados a veces en el suelo.
Los incendios de esos salones de clase fabricados con materiales muy inflamables son frecuentes en el país, pero por lo regular no causan víctimas.
Ataque yihadista en Nigeria
Cientos de habitantes de la ciudad de Damasak, en el nortes de Nigeria, huyeron este miércoles hacia el vecino Níger, tras una serie a de ataques yihadistas, informaron a la AFP testigos y una fuente militar.
"Vamos a refugiarnos en otro país (...)", declaró un habitante en un video enviado a la AFP, en el que se ve a muchas personas llevando sus efectos personales, a pie y a lomos de asnos, por un sendero.
"Los habitantes se desplazan actualmente hacia Níger debido a la inseguridad que reina en la ciudad", declaró un oficial, bajo anonimato. Se calcula que cientos han huido.
Miembros del grupo Estado Islámico en África Occidental (Iswap) lanzaron el miércoles un asalto contra una base militar de Damasak, el cuarto ataque desde el sábado contra la ciudad, lo que provocó violentos combates, según estas fuentes.
Los ataques anteriores, el sábado y el martes, causaron la destrucción de instalaciones humanitarias y al menos cuatro muertos, entre ellos un soldado.
El martes por la noche quemaron una comisaría de policía por no haber podido tomar el control de la base local del ejército, según las mismas fuentes.
Desde el sábado, muchos habitantes huyeron de la ciudad para encontrar refugio en la capital regional Maiduguri, así como en la ciudad de Diffa, en Níger.
El noreste de Nigeria es escenario de un conflicto mortífero desde 2009 y ataques del grupo islamista radical de Boko Haram, que han causado cerca de 36.000 muertos y dos millones de desplazados.
En 2016, el grupo se escindió entre una facción histórica y el Iswap, reconocido por el grupo EI.
