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Secretario general de la ONU, preocupado por posibles fugas radiactivas en el Pacífico
Guterres dijo que los insulares de la región necesitaban ayuda para enfrentar consecuencias de las pruebas nucleares.
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EFE
Viernes, 17 de Mayo de 2019

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alertó este jueves del riesgo de fugas radiactivas en un depósito de residuos de ensayos nucleares de Estados Unidos en una isla del archipiélago de las Marshall, en el Pacífico.

En un discurso ante estudiantes de Fiyi, Guterres dijo que la estructura -un cráter cubierto de una capa de hormigón- construida en la isla de Runit, perteneciente al atolón de Enewetak, era un "ataúd" heredado de la Guerra Fría.

"El Pacífico fue una víctima en el pasado, todos lo sabemos", dijo Guterres.

Entre 1946 y 1996, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido efectuaron centenares de pruebas nucleares en islas del océano Pacífico.

En el Pacífico central, los estadounidenses efectuaron más de 100 ensayos, de los cuales 67 entre 1946 y 1958, en los atolones de Bikini y Enewetak, en las Islas Marshall, a medio camino entre Australia y el estado norteamericano de Hawái.

Entre ellos figura el de la bomba de hidrógeno "Bravo" en 1954, la bomba H más potente detonada por Estados Unidos, de una potencia 1.000 veces superior a la de Hiroshima.

Guterres, cuya gira por el Pacífico está dedicada al cambio climático, dijo que los insulares de la región necesitaban ayuda para enfrentar las consecuencias de las pruebas nucleares.

"Esas consecuencias fueron dramática en lo relativo a la salud y el envenenamiento del agua en algunos lugares", dijo Guterres, que se entrevistó con la presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine.

"Estuve con la presidente de las Islas Marshall, que está muy preocupada por el riesgo de fugas de materia radiactiva que está en una especie de ataúd en la zona", dijo Guterres.

Se trata del cráter de la explosión de la bomba nuclear Cactus en la isla de Runit en mayo de 1958, en el cual se enterraron años más tarde los residuos contaminados de decenas de pruebas nucleares.

En 1979, el cráter fue recubierto con una capa de hormigón de 45 centímetros de espesor, pero por razones de costos el fondo no fue aislado, lo que hace temer la lixiviación de materias radiactivas.

Esa estructura era en principio transitoria, pero lo provisional se hizo permanente y cuatro décadas después se detectaron fisuras en el cementerio nuclear.

Además la estructura está amenazada por la subida del nivel del mar provocado por el calentamiento global.

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