“Desde ese 15 de febrero siento que morí y volví a vivir”: así describe la esposa de Alexander Ferrer Cerveleón los dos meses que en la casa la tristeza ha sido producto de la ausencia del hombre, de 45 años, una víctima más de la violencia en Cúcuta.
Tras la tragedia, ahora solo le queda esperar que las autoridades hagan su trabajo y que su hija de 7 años, quien todavía pregunta por él, cumpla la edad adecuada para explicarle lo que sucedió aquella mañana.
Por ahora, la mujer reconoció que el rumbo que tomaron sus vidas fue totalmente diferente. Desde que desconocidos mancharon sus manos con la sangre de Alexander, la tristeza y agonía se han hecho evidentes, frente al vacío que desató no poder volverlo a ver.
“Nuestras vidas cambiaron dando un rumbo inesperado”, dice la mujer, mientras recuerda la mañana cuando a su celular llamaron para darle la trágica noticia: al hombre lo dejaron muerto muy cerca de su volqueta, que en pocos meses terminaría de pagar.
“Yo nunca me imaginé que algo así le llegará a pasar. De los 9 años que estuvimos juntos nunca lo vi involucrado en malos pasos ni en problemas, por el contrario, él era muy trabajador”, sostuvo la mujer.
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Pagaban por ‘volquetada’
Las autoridades continúan investigando si una ‘vacuna’ sería la causa del asesinato del hombre, pues en ciertos momentos él le manifestó a su pareja sentimental que para trabajar por ese sector les cobrarían. Presuntamente, por ese paso fronterizo, cerca al barrio San Gerardo, que se encuentra ubicado en la vía al corregimiento de San Faustino, estarían cobrando dinero por cada ‘volquetada’.
“Qué triste que a uno lo maten por $30 mil. En algunas ocasiones si le escuché decir que les tocaba dar una cuota por ir a sacar arena del río. Pero jamás me imaginé que por el hacer esa clase de trabajo, honradamente, le llegaran a quitar la vida”, añadió la esposa de la víctima.
Recordando el hecho, la compañera sentimental de Alexander, aún no se explica qué razón tenían los asesinos para arrebatarle la vida a su amado.
Añadió que “a esos seres inhumanos sin sangre en las venas no saben qué dolor tan grande me han causado a mí como su mujer. Y a nuestra hija, que crecerá sin un papá a su lado. De verdad es algo inexplicable, el único que tiene derecho y poder de arrebatarnos nuestra vida es Dios”.
Frente a eso, la esposa del hombre solo manifestó que la justicia la dejará en manos de las autoridades para que “esos seres inhumanos paguen algún día”.
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