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La carretera de Pacificación
La tarea de construir vías que sirvieran para su desarrollo económico en los años 40.
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Sábado, 8 de Mayo de 2021

Comenzaba el decenio de los cuarenta en el Norte de Santander y los gobiernos nacional y departamental, se daban a la tarea de construir vías que sirvieran para su desarrollo económico y social, por esta razón, se estaba terminando uno de los caminos más importantes para la región y que en buena hora se había denominado, “la Carretera de Pacificación”. Se trataba de una de las arterias viales que permitiría un tránsito más fluido y expedito de personas y mercancías en la región del departamento que comprendía los municipios de Salazar, Arboledas y Cucutilla, permitiendo el acceso a las capitales de los departamentos que constituyen el Gran Santander.

Tuvimos acceso al informe presentado por el entonces interventor Juan M. Castro Monsalvo, quien hace un pormenorizado resumen del estado del avance de la carretera, en los términos exigidos por las normas de esa época. Y presentado al ministro de Obras Públicas.

Comenzaba el informe diciendo que la obra había recibido el auxilio de la nación en una proporción del 50% de las inversiones de conformidad con lo establecido en la Ley 3° de 1936 y que ésta había sido nacionalizada por mandato de esa misma Ley y que para el año siguiente se le aprobó, en el presupuesto, la suma de $50 mil adicionales. El trazado, según los planos aprobados, estaba completamente terminado hasta la población de Cucutilla. De igual manera, la explanación estaba totalmente acabada desde Arboledas en una extensión de 9.15 kms. hacia Cucutilla y que faltaban tan solo 8.5 kms. para llegar a esa población. Las alcantarillas en mampostería de cal estaba terminadas hasta 6 kms. después de Arboledas y sólo faltaban las alcantarillas de los estribos de los puentes y pontones, así como la construcción de algunas alcantarillas. No se había realizado el afirmado pues según se expresa,  no existía entre Arboledas y Cucutilla un tráfico permanente de vehículos de carretera para el trasporte de materiales y personal.

En cuanto a los puentes existentes y los que debían construirse, la situación era la siguiente; sobre el río Arboledas existía un puente metálico de una sola vía montado 24 años atrás, el cual no prestaba las seguridades del caso para soportar el tránsito de vehículos pesados. En el proyecto aprobado se establecía el levantamiento de una nueva estructura metálica para lo cual ya se habían iniciado las obras correspondientes con las especificaciones establecidas por el Ministerio. El puente sobre la Quebrada La Mona, de 13 metros de luz libre, estaba en la fase de proyección para construirse en concreto reforzado y se esperaba la aprobación del Ministerio. El puente sobre el río Cucutilla, de 15.7 metros de luz libre y en concreto reforzado, se encontraba en proceso de construcción por parte de la empresa del ingeniero García Reyes. En cuanto a las normas de sanidad exigidas en aquel tiempo, el interventor anota que se han cumplido con ellas pues se había arrendado una casa en la población de Arboledas donde funcionaba un hospital y una botica donde eran atendidos por un médico y un practicante enfermero el personal de la construcción de la vía.

Esta carretera de Pacificación, estaría conectada con la troncal que parte de Puente Gómez, en la ruta que de allí se prolonga a la población de Gramalote, y continúa a Ocaña para llegar al río Magdalena, se establece entonces, la llamada “solución de continuidad” para esta vía que, además de su conexión con las capitales departamentales, permitirá el tránsito hacia el principal río del país y así llegar a la costa Caribe.

El sector Salazar Arboledas ya fue recibido por la nación y su conservación y mantenimiento estará a cargo de la zona de Pamplona, en cambio el trayecto hasta Salazar, que arranca de Puente Gómez sobre la carretera Troncal de Oriente, que va a Ocaña, todavía estaba a cargo del Departamento. El Gobierno Nacional estaba acelerando la construcción de varias lozas de concreto para reemplazar los tableros de madera en una extensión de 20 kms. para entregar este sector a la misma zona de Pamplona, para así tener a su cargo el mantenimiento de la totalidad de esa carretera.

En cuanto a las especificaciones generales de la carretera, el informe consignaba que se habían cumplido estrictamente todas las especificaciones exigidas por el Ministerio de Obras Públicas. Entre otras características el ancho de banca era de 6 metros y la pendiente máxima, en sólo un sector de 150 metros, era de 8%.

Todas las obras de arte habían sido construidas de manera extremadamente resistentes, hasta el punto que en algunas  se han exagerado las dimensiones de los muros y aletas con el natural aumento de los volúmenes y por consiguiente, del costo. Agrega que la interventoría estudiará detenidamente los planos de las obras de arte para propender por una mayor economía en este rubro.

Respecto de la organización del trabajo, observa que las actividades de empleados y trabajadores habían sido manejadas con eficacia y que los equipos eran los adecuados para el desarrollo de la obra. Las operaciones de contabilidad y el manejo de la Caja y del almacén estaban al día. Los inventarios ajustados al presupuesto y con el personal técnico y administrativo existente se podían atender inversiones hasta del doble de la que hasta ahora se había ejecutado. Estimaba que con la plantilla que se tenía hasta ese momento se podría terminar el proyecto carreteable propuesto con una inversión menor de $100 mil. La Nación había apropiado un presupuesto de $50 mil que le entregará al Departamento, sin embargo éste le manifestó al ingeniero jefe de la zona de carreteras  que no disponían de presupuesto para entregar el resto de la inversión, situación que prolongará su terminación  en por lo menos, dos años.

La importancia de esta Carretera de Pacificación no era otra que darle salida a los 75 mil sacos de café que correspondían al 40% de la producción total cafetera del Departamento y a las 140 mil cargas de empaques de fique que se represaban en el sector por falta de vías transitables. En lo social, era importante anotar que en ninguna otra parte del país podía comprobarse una mayor influencia benéfica del Estado en la protección de la vida y bienes de los pobladores de esta región, asolada en el pasado por bandoleros y delincuentes.

Redacción
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com

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