Luego de varios días de protestas y presiones de la comunidad de Boca de Grita ante las autoridades militares acantonadas en la zona, fue dejado abandonado en un área rural, el expolicía y comerciante Jorge Junior Martínez, de 26 años, quien había desaparecido cinco días antes.
“Está muy débil, presentaba signos de desnutrición, las rodillas y los pies lesionados a causa de que permaneció amarrado. Él solo alcanzó a murmurar, que quienes lo mantenían secuestrado eran militares. Lo trasladaron en un carro, lo bajaron en un lugar lleno de monte y cuando se quitó la capucha que le habían colocado, vio a lo lejos una casa y se acercó. Allí lo atendieron, le dieron agua de coco y luego dos arepas. Dijo que durante todos los días no le dieron ni agua”, relató uno de sus allegados.
La madrugada del jueves 6 de septiembre, Martínez fue detenido junto al parrillero con el que se movilizaba en su moto, por una comisión del Ejército venezolano destacada en el punto de control ubicado entre Orope y Boca de la Grita, en el municipio García de Hevia del estado Táchira. Según testigos, los uniformados amenazaron de muerte a los presentes, lo que hizo que el muchacho huyera corriendo hacia unos matorrales, luego de lo cual desapareció.