“La casa Divina Providencia, es signo de la misericordia de Dios, este no es el único espacio que genera ayuda en nuestra Iglesia particular, también se desarrolla en distintas periferias de la ciudad de Cúcuta, a través de las ‘Ollas Comunitarias’”.
Así describió el padre Israel Bravo Cortés, vicario general Diócesis Católica de Cúcuta, la labor que realizan en el hogar de paso inaugurado a principios de junio en La Parada, Villa del Rosario, el cual brinda alimentación a los venezolanos que llegan en busca de ayuda ante la aguda crisis de su país, así como a los colombianos.
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Al cumplirse el primer mes de trabajo en la casa Divina Providencia, la institución religiosa hizo un balance, en donde reconoció la generosidad de los nortesantandereanos, en especial de quienes habitan el Área Metropolitana de Cúcuta.
El sacerdote Hugo Suárez Moreno anunció el resultado positivo de la labor cumplida en los primeros 30 días de ese hogar de paso. Destacó que durante este lapso entregaron “15.280 almuerzos para los hermanos venezolanos. En promedio, 635 almuerzos diarios, gracias a la providencia divina de benefactores de esta obra y las familias nortesantandereranas”.
El obispo de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, desde la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en Bogotá, envió su mensaje de ánimo y agradecimiento a los fieles.
“Esta casa es un don de Dios, como un gesto fraterno acompañamos a estos hermanos venezolanos, son muchos los católicos de Cúcuta, movimientos apostólicos, laicos, distintas instituciones, que se ponen al servicio de los más necesitados. Más de 15.000 raciones de alimentos en el primer mes, estas cifras nos enorgullecen, nos llenan de alegría y de esperanza”.
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Durante la presentación del balance también intervino el padre José David Caña Pérez, quien señaló que “la generosidad de nuestro pueblo de Cúcuta es abundante, cada día un movimiento que peregrina en la Iglesia se encarga de la caso de paso Divina Providencia”.
Las autoridades religiosas manifestaron que la Iglesia Católica está abierta a la necesidad de un hermano que sufre; “cuando Jesús habla de las obras de misericordia, está presente en la zona de frontera que ha sufrido el flagelo de la migración, deportaciones masivas, el hambre, desempleo, violencia…. y que aun encuentra en la Iglesia de Cúcuta el deseo de vivir la caridad cristiana y ayudar a los más necesitados”.
Vale recordar que la Diócesis anunció también el mes pasado que la atención a cientos de nacionales y venezolanos que cruzan la frontera se amplió a los barrios periféricos de Cúcuta y Villa del Rosario, bajo la iniciativa ‘Ollas Comunitarias’.
Estas instalaciones fueron abiertas en las comunas 6, 7 y 8 de Cúcuta, barrios La Ermita, Colombia 1, Camilo Daza; y el casco urbano de Villa del Rosario.