A 8.107 kilómetros, en Londres, la capital del Reino Unido, donde el té es la bebida de tradición, dos hermanos cucuteños conquistan paladares con tazas de café especiales, llevados desde Colombia.
Santiago y Víctor Gamboa llegaron a Europa, hace 21 años, con la única intención de estudiar y perfeccionar el idioma, pero el destino los hizo quedarse. Se asentaron como familia, trabajaron en todo lo que pudieron, se formaron, ayudaron a liderar empresas y finalmente decidieron emprender.
Aunque no fueron criados en el campo, vivieron desde niños el gusto familiar por una buena taza de café mañanero. Al estar tan lejos de la tierra natal, tomar café los acercaba a casa, entonces fue ahí donde les surgió la iniciativa.
Acordaron que Santiago renunciaría a su trabajo y se vendría a Colombia a recorrer fincas cafeteras, conocer el proceso de producción y a enamorarse más del café. Con más conocimiento volvió a Londres y como aún no se sentía totalmente preparado, decidió aprender a tostar café, un proceso nada fácil y que duró un año en aprender.
Con el primer bulto de café colombiano en sus manos, comprendieron que era hora de arrancar. En 2016, aún en medio de sus jornadas laborales, decidieron abrir una tienda on-line. Ellos mismos, en sus casas, lo tostaban, empacaban y comercializaban, pero la idea no fue tan exitosa como creían. Vendían dos o cinco bolsas de grano al mes. Entonces decidieron arriesgar un poco más y frente a un centro cultural abrieron una tienda bajo el nombre de Hermanos Colombian Coffee Roaster.
Luego se dio la posibilidad de abrir un local un poco más formal frente a una estación del tren. Pero necesitaban un factor diferencial en su negocio, puesto que tiendas de café colombiano hay muchas en Londres, y nació la idea de llevar al lugar de venta, una tostadora, y fue la sensación. El olor, inicialmente y luego el sabor, empezaron a atraer clientes y a los meses se hizo necesario abrir otro local esta vez en la zona financiera, de empresarios e inversionistas.
El negocio que los cucuteños habían creado se materializaba y su café cada día era más exquisito y apetecido, pero justo cuando estaban a punto de expandirse llegó la pandemia, en marzo de 2020 que paralizó al mundo. Ellos vieron que las ventas físicas no volverían pronto, así que recordaron que el negocio había iniciado on-line, retomaron la página que habían creado y empezar a promocionarse.
La acogida fue tanta que mientras todo el mundo estaba estancado, ellos cada uno en sus casas, tostaban, empacaban y comercializaban los pedidos que una vez se agudizó la pandemia se multiplicaron por 1.000, al punto que en la página no daban abasto.
Recuerdan esos días con emoción porque ahí, en medio de la pandemia, cuando todo el mundo no sabía qué hacer, su emprendimiento creció.
Siguieron los cambios
Con la tregua de la pandemia, pudieron volver, pero a un ritmo lento. Entonces decidieron cambiar de estrategia. Sí el cliente no podía venir a ellos, ellos irían a donde estaban los clientes y comenzaron por llevar las tiendas a los barrios de tal manera que las personas no tuvieran que sentirse tan expuestas a un contagio por la COVID. Ahora, Hermanos Colombian Coffee Roaster tiene 8 tiendas de café colombiano en Londres.
Pasaron de usar un bulto de café al mes a necesitar mínimo 2.7 toneladas mensuales. Cada tienda de los hermanos en Londres es trasladarse por unos instantes a Colombia. Su decoración, la atención, su aroma, todo está inspirado en el país.
“Para nosotros es muy satisfactorio haber podido consolidar esta idea de negocio tan lejos, en un país extraño, con un idioma y una cultura tan diferente, pero el empuje colombiano nos hizo continuar, aunque muchos decían que no sería una buena idea”, cuenta Santiago.
Día a día busca perfeccionar la técnica, cada tres meses renuevan especialidades de café. Tienen entre 12 a 14 variedades disponibles todo el tiempo.
Cada bolsa de café que venden lleva estampado el nombre de la finca de donde proviene como una manera de darle valor al trabajo cafetero.