Llega a la comandancia del Ejército Nacional el general Luis Emilio Cardozo quien fue llamado por el Gobierno Nacional a reincorporarse a la institución, en medio de la grave alteración de orden público en el suroccidente del país y de una indetenible inseguridad en Cúcuta.

Frente a la que ha sido denominada como decisión histórica de convocar a uno de los altos oficiales que al principio del gobierno Petro no fueron tenidos en cuenta para seguir en la línea de mando, hay que comentarse que son muchas las misiones pendientes.

Una de ellas, que ha sido planteada desde la oposición, es desatarles las manos al Ejército colombiano para que pueda cumplir la labor de presencia y control en todos los rincones del país, al persistir la consideración de que el cese del fuego bilateral con las organizaciones armadas ilegales que están en negociaciones dentro de la ‘Paz Total’ le ha quitado fuerza a la institucionalidad para aplicar el uso legítimo de la fuerza.

En otras palabras, para los soldados no deben existir territorio vedados, puesto que se ha hecho palpable que la disidencia de las Farc, la guerrilla del Eln y otras organizaciones se han hecho fuertes tanto militarmente como en sus acciones de presión social y política sobre la población civil, aparte del aumento desmedido de las hostilidades.

Los colombianos esperan que la llegada del general Cardozo, quien estuvo en el comando de División de Aviación de Asalto Aéreo del Ejército, en la Octava División y del Comando de Ingenieros Militares, signifique la recuperación de aquellas zonas del país tomadas por los grupos armados ilegales.

Se plantea que, por ejemplo, tiene que frenarse por parte del Ejército esas acciones propagandísticas de la disidencia cuando aparecen sorpresivamente en regiones como el Catatumbo o que lanzan ataques indiscriminados como en el Cauca contra las Fuerzas Militares y los pobladores de la región.

Pero también hay algo muy importante que le corresponde al Ejército para ayudar a una capital como Cúcuta, que además es la ciudad más importante de la frontera con Venezuela.

En ese sentido, un pedido muy especial al general Luis Emilio Cardozo, es que se requiere el apoyo de la inteligencia militar para enfrentar las bandas del multicrimen que hoy la tienen atravesando uno de sus peores momentos.

La otra petición al nuevo comandante es que se disponga una unidad permanente para el desarrollo de las operaciones conjuntas de patrullaje con la Policía Nacional con el propósito de hacer presencia en los puntos neurálgicos tanto en la zona urbana como rural, para ayudar en la contención de los delitos que en estos momentos agobian a los cucuteños.

Pero, además, es fundamental que también dé pasos hacia adelante para que los anuncios de la cooperación militar entre Colombia y Venezuela se pongan en marcha de manera urgente para poder ejercer un control más efectivo a lo largo de la frontera, especialmente en zonas tan sensibles como la de Táchira y Norte de Santander, donde es indispensable, por ejemplo, ponerles ‘candado’ definitivo a las trochas que son utilizadas por las organizaciones al margen de la ley.

Al nuevo comandante del Ejército la comunidad, el gobierno y el país en general deben rodearlo y apoyarlo para que cumpla la misión de fortalecer la seguridad y la defensa de la Nación.

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