El cierre temporal de operaciones que anunció Fabricato, la principal textilera del país, recrudece aún más la profunda crisis por la que atraviesa el sector textil y de las confecciones en el país.
Se trata de una noticia de impacto mayor para la economía del sector, pues aunque se trata de una suspensión temporal -del 26 de agosto al 10 de septiembre- muestra los verdaderos estragos que han hecho en esta industria fenómenos como el contrabando y el desmonte de los aranceles mixtos, al menos al decir de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines (CCCyA).
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A ello se agrega que las proyecciones del gremio apuntan a que, como van las cosas, a finales de este año el sector habrá perdido más de 120.000 empleos informales, situación que afecta a por lo menos 500.000 colombianos que viven de esta industria, sin contar los empleos indirectos.
Coloreto, una de las principales empresas dedicadas a la tintorería de telas y prendas, anunció este fin de semana que entra en la ley 1116 (insolvencia económica) y está a apuntó de cerrar, mientras que Protela, uno de los gigantes de la producción de telas, despidió en el primer trimestre de 2017 a más de 650 empleados.
¿Por qué se llegó a esta situación?
Según los textileros, la crisis se aceleró desde el año pasado cuando el Gobierno Nacional modificó los Decretos 1744 y 1745, que establecían los aranceles mixtos, que desmontó parte de las barreras que protegían a los industriales nacionales.
Desde ahí, el contrabando creció en más de 50%, al punto de que hoy el ingreso ilegal de textiles y confecciones representa cerca del 27% del total, en un monto estimado en 5 billones de pesos anuales. En otros palabra, “eso es lo que pierde la industria cada año, según el vicepresidente de la CCCyA.