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Cultura
Drama venezolano se lleva al cine
De acuerdo con la directora, la película la empezó a idear cuando se unió a la resistencia venezolana.
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Eduardo Rozo
Viernes, 26 de Abril de 2019

El silencio del puente era abrumador. Estaba vacío y el constante flujo de automotores desapareció. Ahora, pocas personas cruzan de uno a otro lado. En la mitad enormes gandolas impiden el paso y la sensación de impotencia se apodera de Verónica Kompalic.

Ella, venezolana de nacimiento, habla con nostalgia de su país, pero también con empoderamiento y reconociendo que el drama debe ser conocido en el mundo. La mejor herramienta para ello es el cine. 

La escena que vivió en el puente La Unión, que conecta a Colombia con Venezuela por el municipio de Puerto Santander, es calificada por Kompalic como la más violenta que ha visto en su vida.

“Crecí en medio del conflicto y de la dictadura y uno generalmente soporta, pero cuando se está en un puente desolado, en silencio y con las montañas venezolanas atrás, los sentimientos invaden la mente y no se puede parar de llorar. Ese silencio es el resultado de una crisis que no reconoce la dictadura”, argumentó Kompalic, quien estudió cine en Los Ángeles (Estados Unidos).

Ella, durante ocho años ha venido recopilando testimonios que dan fe del drama que se vive al otro lado de la frontera. Las historias, desgarradoras, serán llevadas al cine y nutrirán la película ‘Patria y muerte’.

Si bien el filme es narrativa de ficción, da cuenta de lo que se vive en Venezuela, que para el caso de la película el país es denominado VZ.

Kompalic contó que en los últimos años han fallecido muchos parientes y las llamadas se convirtieron en premonición de muerte. “Mis padres son médicos y hacen parte de la resistencia, ellos luchan por conseguir medicamento con impotencia porque no hay ibuprofeno y menos antibióticos”.

De acuerdo con la directora Kompalic, la película la empezó a idear cuando se unió a la resistencia venezolana, eso fue cuando tenía 15 años, actualmente es de 25.

“No ha sido un proceso de escritura, sino de coser la realidad venezolana. Tenemos 22 años de dictadura y no hay una sola película narrativa que lo reconozca. En términos de lenguaje si algo no es dicho, no existe y por ello junto con los testimonios está la experiencia física y mental de existir en Venezuela”.

De las vivencias en Venezuela, de donde salió de niña con destino a Brasil, para luego regresar y encontrarse de frente con un drama que la obligó a irse a Sudáfrica y de ahí a Estados Unidos, recuerda como en el colegio de un día para otro la historia cambió.

“La realidad es controlada por 20 personas, ellos mueven hasta las clases de historia y uno no tiene control de eso en el bachillerato. En el mundo se reían de las alocuciones de Chávez, pero para uno prender el televisor y ver a un comandante hablando hasta ocho horas, dedicadas a acusar a la oposición, es algo que causa diversos sentimientos”.

Para la directora Kompalic la continuación del chavismo causó una ruptura sicológica en la condición humana de Venezuela, que va más allá de la crisis humanitaria. “El gobierno ha definido completamente la vida de 30 millones de venezolanos”.

Por todo ello surgió ‘Patria y Muerte’, un filme que denuncia todo esto buscando que el mundo lo reconozca, pero no de forma política, sino la realidad humana.

El nombre dado a la película “es una referencia directa al eslogan más famoso y usado de la dictadura venezolana: Patria, socialismo o muerte. Nos estamos apropiando del lema, deconstruyéndolo y reuniendo la realidad frágilmente revelada detrás de la propaganda política”.

La producción

La iniciativa de Kompalic encontró eco en el mundo y a la película se vincularon tres talentosos productores: Esteban Zuluaga, colombiano e hijo del excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga; Emiliana Ammirata, venezolana quien dejó su país a los 17 años y Gia Rigoli, quien creció en la frontera entre Estados Unidos y México.

“Verónica en el guion lo que hace es no ver con una cámara distante la situación, sino aborda la realidad que para ella no es ajena con una cámara presencial que está en medio de la protesta”, dijo Zuluaga.

Para el colombiano ‘Patria y muerte’ “es un llamado a la acción para escudriñar la intimidad de una crisis que hoy afecta a millones de personas. Es la oportunidad para comunicar visualmente lo que algunos no pueden hablar. Vengo de una tierra de personas fuertes y resilientes cuyas historias merecen ser contadas, y como productor, trabajo por la construcción de imágenes que sean vehículos de transformación, conectando audiencias a mundos”.

Pese a abordar de frente la realidad venezolana, no se podrá rodar la película en el país vecino, por el terror del régimen de Maduro. Por ello, el equipo de producción exploró locaciones en Bogotá y en Girardot (Cundinamarca), que se ajustan a las exigencias de ‘Patria y muerte’, cuyo presupuesto está estimado en 1,5 millones de dólares.

Actualmente se está gestionando el recurso, en septiembre se hará el rodaje y la posproducción se hará en Los Ángeles (Estados Unidos).

“Hace unos meses estuve en Barquisimeto (Estado Lara) y observe una ciudad desolada. Me encantaría ver la cara del régimen cuando vean la película”.

 

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