Las filas a las que parecen estar habituados los inmigrantes venezolanos se volvieron parte del espacio público en Cúcuta.
Para los colombianos la situación es cada día peor y, al igual que el mismo fenómeno migratorio, va en aumento con absoluto descontrol, salvo por el que alcanzan a ejercer las empresas privadas a las que acuden las personas para efectuar trámites de cobros internacionales.
La calle 15, entre avenidas 1 y 2 (foto1); la Diagonal Santander, frente al antiguo Cenit (foto 3); y la avenida 5, en pleno parque Santander tienen desde la mañana hasta la tarde presencia constante de cobradores que obstaculizan el paso, pues suelen tomar asiento en las aceras.
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Algunos dicen venir una vez al mes, a veces para hacer cola todo un día, y a veces, apenas por unas horas, para cobrar giros de menos de mil dólares, con los que compran mercado que llevan a Venezuela.
En estos puntos, se calcula que a diario efectúan este trámite 300 personas.
Ni qué decir de la Registraduría (foto 2), en la que los servicios están colapsados, pero nadie parece pasar a velar ni por los funcionarios ni por los inmigrantes.