Esta semana se cumplen 12 meses de haberse iniciado las obras de construcción del intercambiador vial de Atalaya, un proyecto que tuvo simpatizantes y detractores, desde antes de arrancar.
Aunque en el contrato se había estipulado que la obra terminaría en 14 meses, el plazo de entrega se vio retrasado por diferentes inconvenientes, a continuación lo bueno, lo malo y lo feo de esta obra de más de $ 35 mil millones:
Lo bueno
Esta obra permitirá descongestionar la autopista de Atalaya y la avenida Las Américas mejorando el tránsito hacia los municipios de occidente y la costa colombiana.
Es una de los proyectos de mayor inversión en la ciudadela Juan Atalaya en los últimos años, y ha generado grandes expectativas entre la comunidad.
Además sirvió de fuente de empleo en las comunas 7 y 8.
Lo malo
En Febrero pasado, cuando la obra llevaba un 60% de avance, los trabajos se retrasaron por un mes debido a una solicitud de la Procuraduría relacionada con una orden de la Aeronáutica Civil de demoler la obra, por constituir un riesgo para la seguridad de los viajeros del aeropuerto Camilo Daza.
Por otro lado, los conductores no acataron las rutas de movilidad recomendadas por la Secretaría de Tránsito Municipal y se metieron por todas partes ocasionando un caos vehicular.
Lo feo
Desde mayo de 2015, cuando las obras se iniciaron por lo menos unos 40 comerciantes de Chapinero, La Victoria, Comuneros, Primera Etapa de Atalaya, vieron su actividad económica afectada por los cierres viales que se realizaron para no intervenir con los trabajos.
Paralelo a esto, los vecinos de estos sectores optaron por cerrar temporalmente varios tramos de sus calles para evitar que los vehículos de servicio público y particulares pasaran por sus cuadras.
La Opinión