“Yo les digo que por favor no envuelvan las instalaciones en cartón, periódico o madera porque ella se pudre porque trabajan con calor y sereno, tienen que ponerlas en una bolsa plástica y le echan un poquito de talco y verán que permanecen estables y ‘vivas’”, afirmó.
Otra de las recomendaciones, con las luces blancas de silicona, es lavarlas con un poco de jabón FAB, sin meter la caja y el enchufe, la dejan por media hora, la refriegan, le echan agua y las dejan secando.
Los muñecos estáticos también reciben una segunda oportunidad, “yo les cambio la manguera, le pongo el secuencial porque hay juguetes que no se mueven, prenden la luz y no hacen nada, entonces yo los arreglo para que hagan funciones y no se queden ahí parados” agregó.
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Los precios que maneja el señor Óscar pueden ir desde 5.000 hasta 25.000 pesos y solo realiza esta labor los meses de octubre, noviembre y diciembre de cada año.
“Muchos compran luces de 130.000 pesos, se les dañan y compran otras, no, no hagan eso, yo se las recibo y se las reparo”, aseguró muy decidido.
Además, todos sus materiales son buscados por él mismo, por eso no los vende y los cambia por nada. Sus herramientas para maniobrar son una pistola para soldar, destornillador de aguja para conseguir los daños, alicate, crema de soldadura, cinta negra y tomacorrientes.
De hecho, en época de pandemia, su negocio abrió como si nada, pues para él los impedimentos no existen y es importante seguir adelante a pesar de las adversidades.