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Cúcuta
Comunidad escolar, en alerta por “ideas suicidas” en niños y adolescentes en área metropolitana de Cúcuta
El reciente caso de suicidio de una niña en en Los Patios ha puesto sobre la mesa la situación de salud mental de los jóvenes.
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María José Salcedo
Jueves, 9 de Mayo de 2024

Recientemente, el suicidio de una niña de 13 años en Los Patios impactó a la comunidad y a las autoridades escolares del área metropolitana de Cúcuta, pero el drama es mucho mayor cuando se encuentra que esta conducta se ha vuelto recurrente entre los niños y adolescentes, que estaría asociada al fenómeno post pandemia. 

Han pasado cuatro años tras la pandemia y todavía se registran consecuencias del impacto que provocó el período de confinamiento en la sociedad, especialmente en niños y adolescentes, cuyas vidas se partieron en un antes y un después tras el evento mundial. 

Miriam Támara, directora de la Red Nortesantandereana por una Escuela sin Violencia, es una de las personas que sostiene esta tesis y asegura que las distintas formas de violencia que han comenzado a apreciar en los entornos escolares son la manifestación de esa coyuntura, ligada a lo que sucede en los hogares, donde muchos niños van creciendo solos, sin el acompañamiento o supervisión de sus padres. 

Esta situación ha provocado que a los niños se les metan “ideas suicidas en la cabeza, que tomen decisiones fatales en su vida”, explica la profesora. 


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Para la psicóloga Mariana Pinillos, el suicidio es un fenómeno que viene aumentando desde antes de pandemia, y destaca los picos que se registraron entre 2018 y 2019, aunque reconoce que la pandemia exacerbó la situación, por las tensiones familiares que se generan entre los padres y los hijos en edad adolescente, y la ausencia de una red de relacionamiento. 

Alarma en Los Patios 

La muerte de la niña de 13 años en Los Patios es la más reciente pero no la única que se ha registrado este año. La Opinión conoció que en el mes de febrero otra jovencita tomó la misma decisión, y una tercera intentó tres veces quitarse la vida en las últimas horas. A las tres las unía una amistad. 

Camilo Buitrago es rector del Instituto Técnico Patios Centro N° 2, el centro educativo a donde asistían estas niñas, quien habla con preocupación de esta situación por el riesgo de que estos casos sigan multiplicándose.


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El docente reconoció patrones similares en los entornos familiares de estas niñas, como la soledad, debido a que por razones laborales, sus padres están fuera la mayor parte del día. “Esa ausencia, no sólo la física, sino la ausencia humana, esa mamá que no está en la mañana para el desayuno, para levantarla, para animarla a ir al colegio, afecta”.

Señaló que “hay factores diversos”, como la proliferación de los grupos de WhatsApp y grupos de Facebook, donde los adolescentes comienzan a relacionarse para cumplir tareas del colegio, pero luego el uso se pervierte, “y empiezan a hacer bullying, a manejar chismes, comentarios o a publicar situaciones que son personales”.

El fenómeno de la migración también ha creado su propio caldo de cultivo. “La vida de las personas migrantes generan mucho estrés”, sostiene Mariana Pinillos, al referirse a todas las sensaciones que se conjugan a llegar a un lugar nuevo, pues supone un periodo de adaptación y relacionamiento complejo, especialmente para los niños y los adolescentes. 

“Sí hay un problema del impacto que ha causado la migración venezolana en las instituciones educativas del área metropolitana, donde si bien han habido consecuencias muy positivas, asociadas al buen rendimiento de los niños venezolanos, que además son socialmente muy afectivos, con talentos; también hay mucho venezolano que tiende al delito y atenta contra la buena convivencia en la escuela, por la misma situación de abandono de los padres”, señaló el docente.

Acciones contundentes

El suicidio es un tema de salud mental y emocional, pero nosotros no contamos con un sistema donde la salud mental sea una prioridad”, dijo Camilo Buitrago y partiendo de ese concepto, asegura que es necesario hacer frente a la situación con acciones contundentes, que van más allá de una charla. 


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“Es importante que empecemos a generar procesos de cuidado y de tejido social”, apunta Pinillos, que es justamente lo que ha venido haciendo el profesor Buitrago desde su institución, donde ha logrado rescatar a muchos jóvenes a través de actividades deportivas y culturales.  

El docente explica que la estrategia implementada consiste en la conformación de “grupos de interés”, una práctica común en las instituciones educativas, en las que se incorporan chicos a actividades extracurriculares, asociadas a teatro, banda marcial, equipo de fútbol, etc., con la condición de reportar buenas calificaciones para mantenerse en dichos grupos. 

No obstante, en Patios Centro la fórmula se varió, dando la oportunidad de sumarse a dichas actividades a jóvenes con problemas de conducta y convivencia, “es una estrategia que nos ha venido funcionando, la cantidad de muchachos que se han salvado –de tomar decisiones equivocadas- es importante”, destacó. 

Desde la Secretaría de Educación Departamental también se han generado estrategias, como la creación de la Guía de Buenas Prácticas para la Convivencia Escolar, donde se documentan todas la señales de alerta en casos de bullying, acoso escolar, violencia, violencia en el ámbito escolar, ciberacoso o ciberbullying, sexting, abuso sexual y conducta suicida, y que deben tener a la mano en las instituciones educativas, para saber qué hacer y qué rutas activar. 


¿Cómo identificar una conducta suicida?

Según el manual elaborado por la Secretaría de Educación, cuando se habla de conducta suicida se hace referencia a una serie de eventos que afectan la salud mental de los individuos, como la ideación suicida, pensamiento suicida, plan suicida, suicidio y autolesión. 

Desde el 2016 en Colombia se hace vigilancia epidemiológica al intento de suicidio a través del Sistema de Vigilancia de Salud Pública (sivigila) y se monitorea la mortalidad por suicidio a través del DANE. 

Por su parte, el Instituto de Medicina legal y Ciencias Forenses se encarga de realizar vigilancia Epidemiológica a las lesiones a causa externa (recopila y analiza informes técnicos y reporta violencias, incluyendo suicidio que se notifican desde las unidades regionales).

Se puede considerar sospecha de conducta suicida cuando una persona tiene los siguientes signos de alarma:
- Se muestra deprimida, triste o desesperada.
- Presenta eventos de autoagresión.
- Cambios en los hábitos de dormir o comer.
- Abuso de drogas.
- Baja autoestima.
- Plan Suicida.
- Pensamiento de muerte e intento de suicidio previo

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