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El titiritero
Latinoamérica perdió la oportunidad de la llamada “lotería demográfica".
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Sábado, 11 de Febrero de 2023

Bogotá en su aislamiento andino y su segregacionismo urbano que llevó a su gente al resentimiento, optó hace una generación por la izquierda. Veinticinco años de gobiernos de izquierda con la ciudad cada vez peor, pero desconcertantemente sigue siendo “progresista”. Y ahora que los amenaza el presidente “progresista” que en esa ciudad y este país solo se hace su voluntad iluminada, se quejan de la “dictadura”. Eso querían, eso tienen. Bogotá es un rezago de la época colonial, adobado con extremismo izquierdista.

El futuro se avizora peor. Es de suponer que seguirá la inercia izquierdista en Bogotá y otras ciudades metropolitanas del país que hoy imitan la capital, donde florecieron los “petristas espontáneos”. Salieron del closet “personajes” de todos los pelambres que aspiraran a cargos locales y regionales. Petro jugará todo a poner “sus” alcaldes y gobernadores y en Petro eso significa subordinación absoluta. Si pone alcalde en Bogotá, todo terminará en la pesadilla de muchos proyectos incumplidos, mucho activismo progresista y unas gravísimas repercusiones económicas para Bogotá y el país.

América Latina montó regímenes estatales basados en la extracción de rentas para unos grupos de poder; básicamente continuo el modelo español de la Colonia, pero en manos de criollos. Nunca se hizo escogencia por un modelo de desarrollo económico basado en la democracia liberal y la economía de mercado, sino que las convulsiones con el “régimen”, se volvieron campo abonado para el modelo de la lucha de clases y el socialismo, el peor modelo. De Guatemala a Guatepeor.

Los firmantes de la Constitución de los Estados Unidos siempre temieron que se creara una presidencia “imperial”, un ejecutivo todopoderoso que actuará como un príncipe absolutista que “decidiera” la suerte de los ciudadanos según el humor principesco, sin controles ni cortapisas legales. El estado social-ista de hecho que crearon nuestros juristas progresistas colombianos post-Constitución de 1991, es el epítome del gobierno imperial. Eso lo tiene muy claro Petro.

Latinoamérica perdió la oportunidad de la llamada “lotería demográfica” para desarrollarse, una estructura de población muy joven con crecimiento exponencial. Asia lo hizo. El freno demográfico que empezaremos a sentir hará que todo proyecto dilatado, llegará cuando la población real sea menor a la “proyectada” con la que se hizo el cierre financiero del proyecto, amenazando su sostenibilidad.

Bogotá hoy recibe los frutos finales de la opción progresista: un autócrata en un estado hipercentralizado y vocación colectivista. Aquí solo hay presidente, no hay alcaldes ni gobernadores, a menos que obedezcan. Si Bogotá y las demás ciudades metropolitanas quisieran quitarse la amenaza presidencial, podrían escoger una opción hacia la democracia liberal. Si en lugar de seguir jugándole al modelo colectivista autocrático, escogieran candidatos que defiendan la opción del crecimiento económico mediante la inversión privada y la adecuada regulación, una real descentralización y planificación técnica desde lo local, tal vez podrían ver las ventajas del desarrollo sostenible y salir de la condena a la pobreza.

Hay una pregunta obligada para todos los candidatos a alcaldes y gobernadores en el país. ¿Sólo van a ser títeres del presidente Petro o van a defender sus regiones del centralismo asfixiante o van a marcar una verdadera senda de desarrollo? ¿En una época cuando las grandes ciudades metropolitanas marcan la pauta mundial, con independencia de sus gobiernos nacionales aunque respetando el imperio de la ley, que en el caso de Petro es su palabra (ante lo que enmudece la Corte Constitucional), optaremos por la servidumbre? ¿Nos volveremos un país cada vez más subdesarrollado lleno de funcionarios títeres?

Notícula: Ante las impactantes imágenes de los efectos del terremoto en la frontera turco-siria, me surge una segunda pregunta para los candidatos a alcalde de Cúcuta y gobernador del Norte de Santander: ¿cómo creen Ustedes que le iría al área metropolitana en caso de un terremoto en nuestra zona de alto riesgo sísmico y con sismo de magnitud probable cercana a los de Turquía, si no hemos hecho nada para lograr resiliencia?

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