Quienes somos aficionados al fútbol le dedicamos tiempo, atención y dinero al seguimiento de las competencias de este deporte, bien sea en el plano nacional o internacional y mucho más ahora que se ha hecho fácil seguir las diferentes ligas o torneos internacionales por la televisión. Se sufre con preocupación cuando la lesión de un jugador del equipo sus preferencias lo alejan de la competición, pero una vez la cirugía y la terapia física lo recuperan, vuelve a la cancha. Pero no se nos ocurre que cuando ese jugador pase al retiro le puedan quedar secuelas que comprometan su futuro bienestar.

Por lo anterior son muy llamativas las conclusiones de un trabajo de investigación llevado a cabo por el Hospital Clinic de Barcelona, la ciudad sede del equipo culé donde jugó durante tantas temporadas Lionel Messi y líder actual de la Liga española. Esa investigación advierte que las personas con trastornos del sueño tienen movimientos vigorosos durante el sueño, pesadillas y ausencia de relajación muscular; esto a su vez es el primer paso para daño cerebral. En el futbol los repetidos golpes en la cabeza conducen a una pérdida de neuronas y exponen a sus practicantes a enfermedades neurodegenerativas que décadas después se manifiestan. Entre el grupo de personas analizadas y seguidas en este estudio estaban futbolistas retirados en los cuales se encontró que presentaban trastornos del sueño y seguidamente evolución a Parkinson y demencia.

Entre los practicantes del futbol americano ya se había identificado la Encefalopatía Traumática Crónica, se sabe de ella que las conmociones cerebrales son las causantes de esta enfermedad, por lo que en esa liga se adoptaron protocolos para intentar proteger a los jugadores y evitar daños severos posteriores, los cuales sin embargo no siempre son atendidos con la debida rigurosidad.

 En el boxeo es bien conocida la aparición de lesiones por sangrado dentro del cráneo por los golpes recibidos durante los combates que pueden llegar a ser letales y está demostrado el daño crónico del cerebro que también aparece años después del retiro. Los síntomas que acusan con mayor frecuencia en esta etapa de su vida son: irritabilidad, impulsividad, depresión, alteración de la memoria, apatía o agresividad.

 Esto nos debe llevar a serias reflexiones, para evitar lesiones e incluso muertes entre quienes sean practicantes como profesionales de estos deportes, tales como si deberían ser suspendidas esas disciplinas, sobre todo el boxeo, o establecer nuevas reglas que minimicen el riesgo de padecer estas complicaciones a la salud. En el caso del futbol americano aumentó el número de conmociones cerebrales diagnosticadas en los últimos años y están avisando de sus consecuencias. En el futbol es la primera alerta que se lanza, pero debe ser tenida en cuenta porque sus advertencias proceden de una institución seria y son producto de una juiciosa investigación llevada a cabo durante muchos años.

 Hay que tirarse el cabezazo y practicar otro deporte que implique menores riesgos porque está probado que hacer ejercicio trae muchos beneficios a la salud, pero no deben implicar peligros potenciales para el funcionamiento cerebral en los años dorados de la vida, la senectud.

jorgepabonl@yahoo.com

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