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¿Cuál autoridad?
¿Será necesario preguntarnos más el por qué la ciudad está como está, después de la confesión del alcalde.
Domingo, 29 de Enero de 2023

El alcalde de Cúcuta tardó tres años de su mandato para enterarse lo que toda la ciudad sabía cuándo fue elegido, o por lo menos así lo creyeron las 115 mil personas que en octubre de 2019  votaron por su elección: que el alcalde es la primera autoridad del municipio. Muchos de esos ciudadanos votaron hace tres años porque estaban buscando autoridad en Cúcuta, porque había caos, desorden e inseguridad, igual que ahora, o mejor dicho, ahora es peor que hace tres años, solo que en esa elección del 19 nadie se atrevió a preguntarle al ingeniero Yàñez de si sabía que el alcalde es la primera autoridad del municipio. Toda la ciudad daba como un hecho que lo sabía. Cuando estudiaba en el colegio La Salle, desde la primaria los curas hacían preguntas como esas, y el que no respondía corría el riesgo de salir castigado a las 12 del día a darle unas 10 vueltas al patio a pleno sol, algo así como un aperitivo antes de llegar a la casa a almorzar. Lástima que el actual alcalde no haya estudiado primaria en la Salle de Cúcuta con el cura Pedro, porque antes de la confesión que hiciera el alcalde, otro cura, el de disciplina que era el cura Martín, si viviera y hubiera escuchado la entrevista seguramente lo habría “cascado con varios reglazos”, como lo hacía con nosotros cuando jodíamos en exceso.

La confesión de parte que hizo el alcalde de que en Cúcuta no hay autoridad la hizo el jueves pasado en una entrevista en Caracol con la periodista Esmeralda Rojas ¿Será necesario preguntarnos más el por qué la ciudad está como está, después de la confesión del alcalde en Caracol cuando dijo que “el problema de Cúcuta es que no hay autoridad, que el tema es muy crítico”? Colombia es un país en el que frecuentemente los alcaldes hacen “embarradas monumentales”, memorables, que quedan como fotografías en la historia política de Colombia, como aquella de un alcalde en Boyacá a quien el personero de su municipio lo reconvino en ejercicio de sus funciones de control, y el alcalde en represalia ordenó cerrar la personería y de paso declaró insubsistente a todos sus empleados. En el día de hoy por lo menos es importante que algún asesor del alcalde – hay algunos que ganan más de 15 millones -, le diga al alcalde que él no es autoridad ante Caracol, no sea que mañana trate de declarar insubsistente a Esmeralda Rojas por haber reaccionado expresándole que no le quedaba bien a él como alcalde, decir que en Cúcuta no había autoridad.

Miraba ahora por internet el significado de la palabra Zurrón, y me dio la curiosidad porque hace tres años el discurso que ganó para llegar a la alcaldía fue el de “no más zurrones en Cúcuta”, y la verdad que me da curiosidad porque en mis años de colegio el cura Pedro nunca me enseñó lo que significaba la palabra zurrón. Es una bolsa en la que se cargan muchas cosas, no sé qué pueda entonces ser zurrón en Cúcuta, de pronto coimas que van y vienen como me decía hace poco un deslenguado embolador en el parque Santander. No hay que creerles todo lo que dicen, hablan demasiado, yo por ejemplo no sé qué es una coima, y por eso me embolo en otro lado, o como otro de ellos que decía que el paro de taxistas al final era porque uno de sus promotores quería ser concejal de Cúcuta. Tampoco, muy exagerado, porque si es cierto con la variedad de candidatos a la alcaldía de Cúcuta, solo falta que uno de los candidatos ahora sea conductor de bus de Atalaya. Entretanto sigamos buscando la autoridad en Cúcuta, y para la alcaldía “No más zurrones”.

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