La salud sexual y reproductiva continúa siendo uno de los temas más complejos y, a menudo, silenciados en las zonas rurales de Colombia. A pesar de los avances en salud pública y educación, las comunidades periféricas siguen enfrentando obstáculos significativos cuando se trata de acceder a métodos anticonceptivos y a una educación integral sobre salud sexual.
En este contexto, la labor de organizaciones externas a las instituciones nacionales y gubernamentales se ha vuelto clave para democratizar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva en las regiones más necesitadas del país. Especialmente, en aquellas zonas con dificultades sociales y territoriales y en donde se requiere un esfuerzo adicional que evalúe y conozca la situación de las poblaciones rurales para ofrecer mayor cobertura.
Lea: Recomendaciones para interrumpir la propagación de infecciones ante lesiones menores
Desafíos persistentes en las zonas rurales
Aunque en las grandes ciudades la educación y la disponibilidad de anticonceptivos han mejorado en las últimas décadas, en muchas áreas rurales las cifras de embarazos no planificados y enfermedades de transmisión sexual siguen siendo alarmantes. Profamilia estima que mientras los nacimientos en mujeres adolescentes de 15 a 19 años en zonas urbanas presentaron una disminución del 3,1%, en las zonas rurales del país hubo un aumento del 12,1%, más del triple de casos, pasando de 3.151 en el año 2020 a 3.532 en el año 2021. Incluso, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2015 demostró que el de uso de métodos anticonceptivos modernos es 3 puntos porcentuales menor entre mujeres de zonas rurales que en las que viven en las ciudades.
La falta de infraestructura, los estigmas sociales y culturales, y la escasa educación en salud sexual y reproductiva explican la persistente falta de información sobre métodos anticonceptivos. En muchas comunidades rurales, la educación sexual y reproductiva se limita a métodos tradicionales, dejando de lado opciones modernas con respaldo científico. Además, las creencias culturales y religiosas a menudo dificultan el acceso a servicios de salud sexual, considerándolos un tema tabú, inmoral o innecesario.
Conozca: ¿Qué es la poliposis nasal y por qué se puede confundir con una alergia común?
Llevando salud sexual y anticonceptivos a todas las comunidades
DKT South America, una organización no gubernamental dedicada a la promoción de la salud sexual y reproductiva, ha emprendido diversas iniciativas para promover y llevar educación y anticonceptivos a las zonas rurales y apartadas del país. En colaboración con alcaldías locales, secretarías de salud, hospitales y distribuidores, DKT ha logrado crear conciencia sobre la importancia de estos mecanismos para la prevención de embarazos no deseados, enfermedades e infecciones de transmisión sexual.
Spiros Paulo Fournogerakis, Country Manager de DKT en Colombia, señala que una de las claves del enfoque de la organización es trabajar directamente con las comunidades, no solo para distribuir anticonceptivos, sino también para educar de manera abierta y sin prejuicios. “A través de campañas de prevención en colegios y universidades, resaltamos la importancia del uso de anticonceptivos no solo para evitar embarazos no planificados, sino también para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH”, agrega.
En colaboración con alcaldías, hospitales y organizaciones como Profamilia, se diseñan estrategias para mejorar el acceso a anticonceptivos y educación sexual en comunidades rurales y de bajos recursos, logrando que la información y los productos lleguen de manera más efectiva a las poblaciones más vulnerables y apartadas.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion