Este martes 17 de septiembre se reportó una explosión el Líbano, en la que al menos ocho personas murieron y unas 2.750 resultaron heridas, 200 de ellas de gravedad. Informó el Ministerio de Salud Pública de ese país que el siniestro se presentó en la cadena de localizadores de mensajería que estaban en manos de miembros de Hezbollah en varios puntos.
Según el grupo terrorista, entre los fallecidos, hay una menor de edad y al menos dos integrantes del movimiento. Los informes de medios locales nombran a la menor como Fatima Jaafar Abdullah, de 9 años, hija de un miembro de Hezbollah. Uno de los miembros del grupo que perdió su vida es un combatiente de Hezbollah, hijo de un diputado, de acuerdo a fuentes confirmadas por Reuters y Jerusalem Post.
Un alto funcionario de inteligencia militar y un funcionario del grupo terrorista libanés con conocimiento de la situación, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que los buscapersonas llevados por miembros de Hezbollah fueron detonados. El segundo funcionario indicó que se creía que había sido un ataque israelí. El medio The Associated Press se contactó con el ejército israelí, que evitó hacer comentarios.
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El mismo medio también citó fuentes anónimas que afirman que altos dirigentes de Hezbollah y sus asesores resultaron heridos en las detonaciones. Fotos y videos de los suburbios del sur de Beirut que circulaban por las redes sociales y los medios de comunicación locales mostraban a personas tendidas en la acera con heridas en las manos o cerca de los bolsillos de los pantalones.
Por su parte, Hassan Nasrallah, El líder de Hezbollah, advirtió anteriormente a los miembros del grupo de que no llevaran teléfonos móviles, diciendo que podrían ser utilizados por Israel para rastrear sus movimientos. Conforme a lo publicado por Reuters tres fuentes de seguridad, los dispositivos de comunicación de Hezbollah que estallaron en todo el Líbano y en Siria eran del último modelo, introducidos por el grupo terrorista en los últimos meses.
