El ejército estadounidense empieza este sábado a retirar sus tropas de Afganistán, un momento esperado con impaciencia por quienes quieren que concluya la guerra pero que otros temen que deje vía libre al regreso al poder de los talibanes.
La retirada completa que a mediados de abril anunció el presidente estadounidense, Joe Biden, se hará en coordinación con la OTAN y debería concluir para el 11 de septiembre, día del 20º aniversario de los atentados de 2001 en Estados Unidos.
¿Se acabará la guerra?
Es poco probable.
En ausencia de un alto el fuego viable entre los talibanes y el gobierno, muchos analistas, políticos y ciudadanos piensan que el país no está a salvo de una nueva guerra civil, como la que siguió a la retirada soviética a finales de la década de 1980.
"La guerra va a intensificarse, convertirse todavía en más sucia y seguir hasta que los talibanes tomen el poder en lo que quede de Kabul", declara a la AFP Nishank Motwani, un experto independiente.
El jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley, reconoció esta semana que hay "un abanico de resultados posibles", entre ellos el "desmoronamiento del gobierno afgano [y] un desmoronamiento del ejército afgano".
"Lo que está claro es que las partes [los talibanes y el gobierno afgano] tienen ahora muy pocas razonas para llegar a un compromiso en las negociaciones y que los esfuerzos de paz están de hecho estancados", asegura Andrew Watkins, analista del International Crisis Group.
¿Las fuerzas afganas pueden proteger solas al país?
Está por ver.
Según las autoridades afganas, los 350.000 soldados y policías realizan actualmente el 98% de las operaciones contra los insurgentes. Pero los estadounidenses siguen ofreciendo un apoyo aéreo vital.
La determinación de las fuerzas afganas estará a prueba sin el apoyo aéreo. Las tropas gubernamentales "sobrevivirán mientras les sigan pagando", dice el analista político Fawad Kochi.
Los talibanes controlan o pretenden controlar más de la mitad del territorio afgano, sobre todo una gran parte del campo y de los ejes estratégicos. Pero nunca han llegado a controlar las ciudades grandes, o al menos no por mucho tiempo.
Siguen, no obstante, aterrorizando a los habitantes de las grandes ciudades, teatro casi a diario de explosiones y asesinatos.
"Los talibanes han demostrado ser sumamente eficaces para poner en evidencia las fallas del gobierno afgano", explica Watkins.
¿Puede salvarse la democracia afgana?
Hay diferentes propuestas en este sentido.
El presidente Ashraf Ghani ha preparado un plan que incluye un acuerdo político con los talibanes, un alto el fuego y una elección presidencial.
Los estadounidenses están a favor de un gobierno interino que incluiría a los talibanes y quieren alentar el consenso.
Los talibanes, sin mostrarse muy precisos sobre los detalles, insisten en el hecho de que Afganistán debe convertirse de nuevo en un emirato, dirigido por un consejo religioso, como cuando gobernaban entre 1996 y 2001.
Desde 2001 se han realizado cuatro elecciones presidenciales y millones de afganos se han sumado a este sistema pluralista, pese a las numerosas acusaciones de fraude.
Actualmente, con la amenaza de un regreso al poder de los talibanes, muchos analistas temen que los logros democráticos de las dos últimas décadas se pierdan.
"La decisión de Biden de retirarse de Afganistán garantiza el regreso de los talibanes y, antes de eso, el hundimiento del gobierno, una guerra civil (...) y la destrucción de la democracia", lamenta Motwani.
¿Cuáles son los riesgos para las mujeres?
Los logros en materia de derechos de las mujeres de estos últimos años están amenazados.
Bajo su régimen, los talibanes arrebataron a las mujeres la mayoría de sus derechos, prohibieron la asistencia de las niñas a los colegios y llegaron a lapidar a las mujeres acusadas de adulterio.
Desde 2001, aunque no se trata más que de una minoría, algunas mujeres han empezado a trabajar y se han convertido en diputadas, ministras, periodistas o juezas.
Los talibanes han repetido que respetarán los derechos concedidos a las mujeres por la ley islámica.
"Cuando dicen que protegerán los derechos de las mujeres, es según su interpretación de la sharia", dice Mariam Safi, directora del centro de investigación afgano DROPS.
"Pero esta interpretación de los derechos de la mujer no será diferente de nuestra experiencia precedente del régimen talibán", vaticina.
¿Cuál será el futuro económico del país?
Afganistán es uno de los países más pobres del mundo y depende totalmente de la ayuda exterior.
El país posee reservas minerales cuya explotación interesa a los vecinos, en particular a China e India. Pero la falta de seguridad les impide sacar partido.
En noviembre, los donantes internacionales prometieron una ayuda financiera hasta 2024. Pero nada garantiza que no vayan a cambiar de opinión después de la salida de las tropas extranjeras.