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Editorial
Subsidio territorial
Uno de los alicientes que ha ayudado a la consecución de vivienda para ir consolidando un país de propietarios, es Mi Casa Ya.
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Jueves, 15 de Febrero de 2024

Bamboleante ha estado el andamio de la construcción de vivienda en Colombia y, por supuesto, en Norte Santander, por diversas razones entre ellas los cambios que se hicieron a subsidios como los de Mi Casa Ya y los impactos que tuvieron las altas tasas de interés.

En el país, Camacol dictaminó una caída del 48,7% en las ventas de casas y apartamentos de interés social, que pasaron de 171.828 a 86.428 el año pasado.

En Norte de Santander la situación de este motor impulsor de la economía también mostró preocupantes indicadores a la baja el año pasado cuando se vendieron 2.725 viviendas nuevas menos que en 2022, periodo en el que se comercializaron 4.592 unidades habitacionales.

El 2023 dejó recuerdos desagradables para los constructores locales, porque todos los indicadores de las diferentes clases de vivienda arrojaron comportamientos a la baja en sus ventas: la de interés social descendió en 63,3%, la de interés prioritario en 70,6% y la No VIS, en 37,6%.

Lógicamente que todo esto causa preocupación, teniendo en cuenta que el sector tiene una gran incidencia en la generación de empleos directos e indirectos, en el movimiento del comercio especializado de materiales de construcción y, también, en la dinámica predial de los municipios en que se desarrollan proyectos habitacionales.

Lo anterior tiene fundamento en el dato dado a conocer por Camacol, según el cual el Producto Interno Bruto (PIB) departamental, en el tercer trimestre de 2023, del sector construcción decreció 8,0%, respecto al mismo lapso de 2022.

Es claro que es urgente encontrar estrategias y planes que logren la reactivación y empiecen a estabilizar las condiciones de este importante sector, como puede ser la reducción de las tasas de interés por las decisiones que ha tomado y deberá tomar en el futuro el Banco de la República.

Uno de los alicientes que ha ayudado a la consecución de vivienda para ir consolidando un país de propietarios, es Mi Casa Ya, subsidio complementario para la cuota inicial que ha servido para el cierre de los negocios hipotecarios.

Y aunque el Gobierno Nacional ha anunciado 50.000 beneficios de esa naturaleza, hay necesidad de conseguir otros para cerrar el déficit y ahí es donde ha surgido la alternativa de los subsidios territoriales.

Alcaldías como las de Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios así como la misma Gobernación de Norte de Santander tienen ahí esa gran opción para entrar a convertirse en reales dinamizadores de la economía local.

La sugerencia que ha quedado como opción para las administraciones locales es que se organice un programa territorial que sirva de complemento a la política nacional de vivienda. Ahí sería factible el trabajo mancomunado entre la administración departamental y gobiernos municipales, en la asignación de unos recursos dirigidos a servir de equivalente o apoyo al Mi Casa Ya, por ejemplo, con las reglas de juego respectivas.

Este planteamiento de los subsidios municipales y regionales ya funciona en ciudades como Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali, y Soledad (Atlántico), al igual que en departamentos como Antioquia y Atlántico.

Luego hay de donde tomar ejemplos para su aplicación en esta parte de la frontera y así contar con una opción regional que aporte a la reanimación de la construcción de vivienda y a que más familias del departamento puedan tener acceso a las diferentes opciones de vivienda que se ofrecen en el mercado. 


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