Cindy Lorena Núñez Gómez, esposa de un policía asesinado en Convención, recoge el sentir de los nortesantandereanos y de miles de colombianos sobre el recrudecimiento del conflicto armado en el país.
Al lanzar en video una seguidilla de preguntas dirigidas al presidente Gustavo Petro mientras lloraba desconsolada por la muerte violenta del patrullero Duvan de Jesús Perdomo, inmediatamente todos nos sentimos identificados con ella.
Aunque fueron desoídas por la Casa de Nariño, dichas inquietudes son muestra de desesperanza por el turbio ambiente que envuelve el orden público en el Catatumbo donde este año han muerto por lo menos 15 miembros de la Fuerza Pública en ataques de los grupos armados organizados.
“Señor presidente, ¿cuándo se va a pronunciar?”, fue la primera interrogante. Y lógicamente -porque se ha vuelto una constante el silencio presidencial frente a Norte de Santander y los hechos de violencia-no hubo siquiera un trino, ratificando la percepción de abandono estatal entre la población.
“¿Acaso no ve lo que está pasando en cada pueblo y ciudad de Colombia?”, fue el segundo cuestionamiento que se estrelló contra una gélida evasiva estatal, mientras, por ejemplo, en Convención ya van dos policías asesinados este año y en Cúcuta se volvió inatajable la violencia generada por el narcotráfico y sus delitos conexos, la guerrilla y las bandas del crimen transnacional, razón por la cual se encuentra entre las más violentas del mundo.
“¿Qué está haciendo?, parece que solo le interesa el cambio climático”, fue el tercer reclamo al que se le puede añadir que nadie comprende cómo el presidente de 52 millones de colombianos se interesa, reclama y se preocupa por los conflictos en otras partes del mundo y no por la inseguridad que sacude al país.
“Las Fuerzas Armadas están abandonadas por usted”, es el señalamiento que tampoco recibió una explicación oficial, pero que deja claro que entre los colombianos crece el desasosiego al advertir que el Gobierno le está dando un manejo equivocado a las Fuerzas Militares y en lugar de fortalecerlas se advierte que van camino al debilitamiento.
Las palabras de Cindy Lorena son del pueblo no de las élites ni de los enemigos políticos a los que Petro acostumbra a señalar de estar preparando operaciones de golpes blandos o de golpes de Estado.
En ese escenario, resultaría de interés nacional que Petro le contestara a la comunidad colombiana y reaccionara frente a ese ‘monstruo que pisa fuerte’ como lo es la violencia con sus atentados, homicidios, secuestros, extorsiones, masacres, desapariciones, desplazamientos, paros armados, reclutamientos y confinamientos forzados.
Que el jefe de Estado mantenga su boca cerrada y su cuenta de X sin un pronunciamiento o una orden de actuar desde lo militar y lo instruccional para recuperar el control de todos los rincones de Norte de Santander es algo muy preocupante.
Señor presidente Petro, Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, también es Colombia y así aquí no haya obtenido una copiosa votación, la Constitución dice que usted es el presidente de todos los colombianos y que debe conservar y restablecer el orden público.
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