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Editorial
¡Petro, reconozca a Edmundo!
Es cuestión de horas para que el primer mandatario actúe y sea protagonista o de un cuestionamiento internacional que podría generarle dificultades a Colombia en sus relaciones diplomáticas
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La opinión
La Opinión
Miércoles, 8 de Enero de 2025

Ha llegado el momento de las definiciones para que el gobierno del presidente Gustavo Petro rompa esa presunta neutralidad que ha mantenido frente a la delicada crisis venezolana y proceda a reconocer al dirigente opositor Edmundo González como el nuevo jefe de Estado del vecino país.

Colombia tiene la obligación moral de tomar distancia del régimen de Nicolás Maduro y pasar a convertirse en un actor de primer nivel en materia de garantías para lograr una transición pacífica y ordenada que permita la preservación de la democracia, el respeto de los derechos humanos y la defensa de la libertad.

El mundo está pendiente de la forma de actuar de la Casa de Nariño ante un chavismo que ha estado atornillado 25 años en el poder y que debido a la multicrisis generada han huido de su territorio más de siete millones de personas, 2.8 millones de las cuales están refugiadas en territorio colombiano.

Y la imagen que ha dejado hasta el momento es que su pasividad y actitud dubitativa lo muestran muy cercano y complaciente  con una la opresión vigente y que pretende extenderse por otros seis años con la anunciada posesión de Maduro.

Como ejemplo de lo anterior es bueno tener presente estas palabras de Richard Blanco, el consejero político de Edmundo González: “es triste que el presidente Petro esté en contra de la libertad, de la democracia en los países, cuando se habla de democracia, cuando se habla de libertad, no hay fronteras que se puedan… en un momento determinado, cerrar, el paso, el camino a una libertad a una democracia”.

Es el momento para que el presidente Petro acoja lo que ha venido exponiendo en medios el canciller Luis Gilberto Murillo de que nadie del Gobierno colombiano debería ir a la ceremonia citada en la Asamblea Nacional de Venezuela para la refrendación de un nuevo mandato del actual gobernante de esa Nación.

Ponerse del lado del sufrido pueblo venezolano, acompañar la alternativa de cambio democrático y  de reconstrucción nacional que ofrece González Urrutia es la opción correcta que debe tomar el presidente Petro, puesto que las coincidencias ideológicas no pueden llevar ni a la complacencia ni al apoyo ni al reconocimiento de regímenes de corte dictatorial como el imperante en Venezuela.

Y si Petro quiere más argumentos sólidos para desmarcarse de Maduro, hay uno de carácter continental emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que advierte: “la opacidad electoral, y en general, las restricciones a los derechos políticos registradas impiden a esta Comisión considerar que la reelección de Nicolás Maduro goza de legitimidad democrática”.

En el ámbito interno, ese manejo diplomático errático lo único que ha hecho es propagar la incertidumbre y la preocupación en la zona de frontera, aspecto que no debe de ser ni relegado ni olvidado no menospreciado, teniendo en cuenta lo que ocurrió cuando el cierre prolongado.

Es cuestión de horas para que el primer mandatario actúe y sea protagonista o de un cuestionamiento internacional que podría generarle dificultades a Colombia en sus relaciones diplomáticas con diversos países o surgir como un jugador importante en la aplicación de acciones que permitan la transición venezolana en paz y para ratificar nuestra defensa de los valores democráticos.


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