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Editorial
Ojo con los abusos
Que si la prima navideña autorizada por el Área Metropolitana es de $500, ese recargo no se convierta ni en $1.000, $2.000 o $5.000.
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Domingo, 8 de Diciembre de 2024

Esta semana se produjeron informaciones relacionadas con la prestación del servicio de taxis, relacionadas con los llamados convenios que dan preferencias en lugares como aeropuertos y centrales de transporte en el país y sobre la prima  o el recargo navideño.

De verdad que la ciudadanía siempre se queja por los abusos con los cobros por parte de conductores de esa clase de vehículos de servicio individual que llevan o recogen pasajeros en la terminal aérea. 

Las autoridades municipales, como las de Cúcuta, en este caso específico, tienen que hacer acatar la determinación de la Superintendencia de Transporte sobre la abolición de las exclusividades.

Los  taxistas que quieran ir a recoger viajeros que lleguen a la región por el Camilo Daza, pueden hacerlo sin que nadie se los impida, máxime cobijados por la determinación oficial contemplada.

Es importante hacer  cumplir que el acceso no debe estar condicionado a la afiliación a asociaciones ni al pago de cuotas por parte de los taxistas, que en últimas se convierte en una actuación de carácter discriminatorio.

En referencia al caso cucuteño habría necesidad de que se evalúe al tenor de esa directriz lo que expone la Asociación de Taxistas del Aeropuerto, las consideraciones del sindicato del gremio, las afirmaciones de muchos taxistas, las denuncias de los usuarios y evaluar a fondo el caso de la Terminal de Transportes.

De ahí que de ahora en adelante se supone que a los usuarios se les respetará el derecho a la libre escogencia de los vehículos de la ‘mancha amarilla’ que desde puntos como esos necesiten trasladarse hacia otras zonas de la ciudad.

Hacer un ordenamiento en ese aspecto resulta indispensable para que igualmente se haga un control y verificación de  la serie  de paraderos  y de asociaciones que se encuentran en otros sectores de la capital de Norte de Santander, determinando su  pertinencia, necesidad y razón de ser para ello.

Y aquí queda un interrogante para las autoridades del ramo: ¿Quién autoriza esa clase de organizaciones y dichos paraderos exclusivos en áreas aledañas a parques, clínicas, centros comerciales, entre otros?

Tomando como base lo expuesto por la Superintendencia de Transporte, queda abierta la opción de reclamarse el derecho a la igualdad para la prestación de un servicio, que como su nombre lo indica, es público, y por lo tanto no debe haber restricciones para quienes ejercen la labor de taxistas.

Y así como se exige que todos tengan los mismos derechos, es igualmente indispensable que en temporadas como la actual haya un comportamiento adecuado entre los conductores en el cobro de la carrera a los pasajeros.

Que si la prima navideña autorizada por el Área Metropolitana es de $500, ese recargo no se convierta ni en $1.000, $2.000 o $5.000. Ahí está una buena oportunidad para demostrarles a los cucuteños que ellos como taxistas trabajan en beneficio de todos y que el civismo y el comportamiento ético es su carta de presentación.

Mejorar los comportamientos, cobrar lo justo y optimar el servicio se convierten en el procedimiento adecuado para enfrentar la competencia y así volver a recuperar la confianza entre los usuarios. Ahí está el reto y solo es cuestión de tiempo para saber si la ruta de la transformación fue la elegida.    


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