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Editorial
Los declaran terroristas
Para una región como la nuestra, afectada por la inseguridad de diversos órdenes, resulta importante tener una ofensiva y las autoridades migratorias y de policía atentas a evitar que la frontera sea refugio y escapatoria de delincuentes.

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La opinión
La Opinión
Miércoles, 22 de Enero de 2025

Una de las órdenes ejecutivas del presidente  de Estados Unidos, Donald Trump, es la de elevar a la categoría de organización terrorista extranjera a la banda criminal del Tren de Aragua, en una nueva forma de combatir al crimen organizado. Surgida en Venezuela y luego expandida por varios países de América Latina, entre ellos Colombia, para cruzar hasta territorio estadounidense donde opera en por lo menos 16 estados de la unión americana. Cúcuta y el área metropolitana no escapan a la influencia  delincuencial de ese grupo del crimen transnacional vinculado a delitos como el homicidio, la extorsión y el tráfico de estupefacientes. La determinación estadounidense sin duda alguna tendrá repercusiones de toda naturaleza sobre la forma de actuar para hacerle frente a los integrantes de esa organización surgida en una cárcel del vecino país.

Norte de Santander no ha sido ajeno al accionar de esta peligrosa estructura, de cuya existencia y presencia en la región ha llegado a dudar el gobierno venezolano, con declaraciones como esta del canciller Yván Gil: “la organización Tren de Aragua es una f icción creada por la mediática internacional para crear una etiqueta inexistente”.

Pero la verdad es que en Los Patios fue capturado el cabecilla en Chile de ese grupo criminal, quien se escondía en esta zona metropolitana.

Y mientras Gil asegura que lo inventan como una organización que existió en Venezuela, pero quieren ponerla ridículamente como una marca, desde los Estados Unidos la consideran como una fuerza armada irregular del gobierno de Venezuela conduciendo una incursión e invasión depredadora en Estados Unidos.

En esa lucha continental contra el crimen transnacional tendrán que aliarse todos los países de la región y asumir acciones que desde el punto de vista jurídico permitan desarrollar operaciones contra dicha organización sobre la cual también el régimen de Nicolás Maduro tiene ahora una posición opuesta a la negacionista.

Recientemente, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, vinculó a opositores venezolanos y a expresidentes colombianos en la presunta financiación de esa banda que para el chavismo antes era inexistente, convirtiéndose en una especie de afirmación para desmarcarse de cualquier responsabilidad. Lo ciertos es que podrían venir, entonces, solicitudes de extradición para los miembros de esa agrupación que ya no es de delincuencia común sino de categoría internacional terrorista, hecho que supone el reforzamiento de las operaciones de las Fuerzas Militares para desbaratarla y llevar a sus miembros ante la justicia.

En este último caso, es previsible que no haya ninguna clase de beneficios judiciales para los integrantes del Tren de Aragua y pasen sus miembros a convertirse en los más buscados por las autoridades de los países en los cuales hoy delinquen. Y recordemos que la mano de la ley, que llegaría recargada con la nueva etiqueta  que le acaba de poner el gobierno estadounidense, podría alcanzar a sus socios, promotores y auxiliadores, resultando en una posibilidad cierta para poder desarticularle definitivamente.

Para una región como la nuestra, afectada por la inseguridad de diversos órdenes, resulta importante que se tenga prevista una ofensiva contra esa banda y las autoridades migratorias y de policía estén muy atentas a evitar que la frontera colombo-venezolana sea una de las zonas de paso, de refugio y escapatoria de esta clase de delincuentes.


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