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Editorial
Apretón estatal
¿Es necesario el actual y costoso tren burocrático no solamente en el orden central sino regional?
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La opinión
La Opinión
Sábado, 4 de Enero de 2025

Ponerle la lupa al tamaño del Estado es una cuestión urgente en Colombia para que los gastos de funcionamiento sean recortados y contenidos para así liberar recursos para inversiones en diversos frentes  y para los programas sociales.

¿Es necesario el actual y costoso tren burocrático no solamente en el orden central sino regional? 

La respuesta lógica es no. Hay que darse la pela y asumir los costos políticos haciendo la reestructuración en las plantas de personal y de la estructura administrativa misma de las instituciones.

Hay que evaluar las fusiones y la eliminación de dependencias gubernamentales, teniendo presente por ejemplo que el Comité Autónomo de la Regla Fiscal ha planteado recortes en el gasto entre el 20 por ciento y 40 por ciento para cumplir la norma fiscal o lo expuesto por el  Centro de Estudios Económicos de Anif, de un apretón equivalente a los 26 billones de pesos.

En estos tiempos en que muchos procesos se pueden automatizar y hacerse vía internet, la asfixiante y costosa tramitología puede llegar a superarse para implantar la eficiencia y superar los bajos niveles de competitividad por ese asunto.

Así como en el Congreso de la República se reabrió el debate para disminuir y congelar los salarios de los legisladores, debe aprovecharse el momento para que se definan sustanciales recortes en los sueldos de altos funcionarios del Estado.

Todo el ahorro que se haga es válido y va a redundar en que los impuestos que  pagan los contribuyentes realmente se vean reflejados en inversiones y en el apoyo a proyectos altamente  generadores de empleo, crecimiento económico y mejoramiento de las condiciones de vida y de la capacidad de compra de la población.

Y hablando de tributos, un dato entregado recientemente por la DIAN nos demuestra que no habría necesidad de más leyes de financiamiento si por ejemplo se afina y se hace mejor gestión para elevar los recaudos enfrentando la evasión fiscal que el año pasado equivalió a dejar de percibir cien billones de pesos, según datos de la misma entidad.

Por lo tanto, Colombia debe lograr tener un Estado austero, con mayor eficiencia y centrado en facilitarles la vida a los ciudadanos, garantizarles la seguridad jurídica a los inversionistas, respaldar el crecimiento y fortalecimiento del tejido empresarial, utilizar transparentemente los recursos económicos y cumplir su función social y constitucional con la población.

Para luchar  verdaderamente contra la desigualdad social, la pobreza, el desempleo y la informalidad los gobernantes deben entender que los erario no es para dilapidarlo o usarlo como caja para hacer política o como sucede, usarlo con fines corruptos en casos como por ejemplo de la Unidad de Gestión de Riesgo.

En ese mal, que tanto daño le ha hecho a Colombia, reposa el peor de los problemas que nos aqueja y que provoca que los recursos estatales sean festinados mientras en los territorios campean toda clase de necesidades básicas que echan raíces, mientras unos cuantos sacan provecho de los contratos amañados o arman estrategias para enriquecerse a costa del dinero público.

Está confirmado que sin ponerles más sobrecargas tributarias a las pequeñas, medianas y grandes empresas ni elevarlos sino más bien intentar bajarlos o, insistimos, usar la eficiencia y la eficacia, para que así todo fluya, eso sí, con el compromiso de que se blindarán contra la corrupción que también tendrá que llegar a ser sometida a rigurosos castigos.

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