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Lo nuevo debe nacer
Esfuerzos, imaginación, inteligencia, voluntad; todo ello hace falta ahora para poner al servicio del Catatumbo y convertirlo en tierra fértil y próspera.
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Domingo, 26 de Enero de 2025

Todos anhelamos la paz, lo que vivimos en las zonas urbanas y también los habitantes de las áreas rurales, es un bien muy preciado porque significa vivir con tranquilidad para desarrollar cada uno las actividades a las cuales nos hemos dedicado.
 La paz llega después de la guerra. ¿Y si no hubiera guerra? Todo el tiempo habría paz. Está visto que los que más hablan y probablemente hagan por la paz, son aquellos que estuvieron haciendo la guerra, tal vez aprendieron de sus horrores y por eso desean que cesen las hostilidades y vivamos pacíficamente. Pero, también algunas veces somos ajenos a los conflictos o no reconocemos oportunamente que están ocurriendo, lo cual lleva a elevados escalones en la violencia que genera.

Hoy todos estamos atentos a lo que ocurre en el Catatumbo, ese territorio que es parte de nuestro departamento, sabemos de los enfrentamientos y sus muy conocidas consecuencias en víctimas mortales y personas desplazadas, lo cual nos han movilizado y de manera solidaria se observa la respuesta con las donaciones que intentan mitigar el sufrimiento de los afectados que en masa tuvieron que salir de sus casas y parcelas para salvar la vida.

El mismo presidente Gustavo Petro en campaña había prometido que el Catatumbo sería “la capital de la paz” lo cual significa que estaba enterado de las disputas que libraban en su territorio. Hoy todavía no les ha cumplido a los habitantes de esa zona. Los hechos recientes con todos sus saldos negativos fueron los que finalmente lograron movilizar al gobierno nacional y a través de decretos amparados en normas constitucionales intentan saldar la deuda con catatumberos.

Los que hoy están desplazados en albergues provisionales en Ocaña, Cúcuta, Tibú y hasta en Venezuela, necesitan volver a su tierra, esa es la tarea grande a ejecutar. Pero, se requieren garantías para que esto ocurra. La seguridad, la provisión de ayudas para poder cultivar, dotación de centros de salud que les ofrezcan atención en este aspecto, las escuelas y colegios con su cuerpo de profesores; todo lo cual ocurrirá si hay paz en ese territorio.

Por ahora debemos seguir sintiendo como propias las necesidades de los desarraigados y mantener los esfuerzos materializados en las ayudas que están llegando desde varios lugares del país, pero como sabemos, pasados algunos días y cuando baje en intensidad el cubrimiento de los medios de comunicación en la misma medida nos vamos olvidando de esas personas, sin que les hayan sido resueltos sus problemas.

La crisis que hoy vive el Catatumbo debe un día terminar y dar paso a mejores cosas para la región. "La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer", ha dicho Bertolt Brecht, que aplicado a este caso podríamos decir que no todo está perdido, sino que las nuevas oportunidades están por venir.

Esfuerzos, imaginación, inteligencia, voluntad; todo ello hace falta ahora para poner al servicio del Catatumbo y convertirlo en tierra fértil y próspera. Todos lo debemos entender así, por esas personas, propios y extraños; sin más muertos, sin más padecimientos.  

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