Se le agotó el tiempo a Nicolas Maduro, pero él aspira a seguir en el poder ilegítimamente, como hizo con el fraude electoral. Pero las cosas han cambiado brutalmente desde el pasado 28 de julio. A partir del mismo 10 de enero de 2025, o antes incluso, los países democráticos que no reconocieron ese resultado le declararan dictador y criminal buscado internacionalmente. Incluso la administración Biden le dio fecha límite para salir: 5 de enero de 2025.
¿Pero con que países el regimen chavista tiene claro enfrentamiento? Obviamente con Estados Unidos, aunque un Biden tibio con la dictadura lo hizo fácil, aunque los halcones con que Trump va a dirigir su política internacional tienen claro que debe pagar sus crímenes. Paradójicamente la operación pudiera ser el acto final de Biden. En Suramérica, Argentina y Guyana son abiertos adversarios de la dictadura. El ejército argentino no es grande pero cuenta con buenas fuerzas especiales y el territorio guyanés, está protegido por Estados Unidos. Finalmente está Israel, que ha probado ser de los mejores del mundo en preparar y desarrollar exitosamente impactantes operaciones especiales a nivel mundial. Es la ficha clave.
Hay que tener claro que la confrontación es contra la narcotiranía, no contra Venezuela, por lo que una acción de fuerza tendrá que ser necesariamente una operación de fuerzas especiales con apoyo logístico y con soporte en retaguardia del comando sur, pero sobre todo con apoyo interno. Será una operación multinivel.
Esas operaciones para ser exitosas requieren la sorpresa y por eso desde hace meses las redes hablan de un ataque externo del ejército privado de Erik Prince, que además ya no es de él. Eso tiene a Diosdado en estado delirante llenándose de armas para defenderse del ataque. La distracción es clave para una operación desde adentro. Maniobras de ese tipo se hicieron con tremendo éxito en la Segunda Guerra Mundial.
Debe haber comandos en Venezuela desde hace meses, fuerzas multinacionales, con red de abastecimiento, debidamente organizados, apoyados por tropas venezolanas leales a la oposición. Un ciberataque a sistemas de comunicaciones y otras infraestructuras logísticas, simultáneo a la acción de fuerzas especiales para capturar a Maduro y su banda, debe acompañarse de apoyo militar interno, que será coordinado con Maria Corina Machado. Pero, todo sería infructuoso si Venezuela cae en la anarquía, por eso Maria Corina sacó a Edmundo de Venezuela, para que estableciera las medidas a tomar inmediatas a la caída del chavismo; Edmundo viene con la nueva estructura de gobierno.
Una vez hecha esa operación, el nuevo gobierno con apoyo de fuerzas leales debe neutralizar las unidades que pudieran ser fieles al regimen, en particular los combos. Ese invento castrista del “pueblo armado” para defender la dictadura debe ser eliminado de raíz, incluyendo a sus asesores y jefes cubanos; hay que buscarlos, perseguirlos, desarmarlos y enjuiciarlos. Los focos de resistencia militar, si los hubiera, serán marginales, pues el grueso de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana caerá como un castillo de naipes. Como se vio en Siria, fuerzas militares al servicio de una dictadura son expertas en perseguir población civil, pero absolutamente incapaces de enfrentar una verdadera acción militar.
Una vez se ponga en marcha la operación, tropas leales al nuevo gobierno deberán tomarse los medios de comunicación e implantar una agresiva campaña en redes para que la ciudadanía salga a las calles a apoyar el nuevo gobierno. Mostrar a Maduro, Diosdado, Cilia, los hermanos Rodriguez, Padrino, Tarek, entre otros, llegar esposados a los Estados Unidos, será la imagen del año.
¿Quién podría defender a Venezuela? Irán, Rusia y Corea del Norte están lo suficientemente lejos y bastante emproblemados para ayudar a Maduro. No hay antecedentes de intervención militar china en otros países; incluso, podría unirse a la eliminación de Maduro para garantizar el pago de la gran deuda que la dictadura les tiene. Enero 2025 será el mes final de la dictadura chavista; falta conocer el día D.
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